EL MUNDO › LA EVACUACION DE LAS COLONIAS ISRAELIES ES MAS RAPIDA DE LO PREVISTO

La salida de Gaza salió por un tubo

Israel espera completar la evacuación de los asentamientos de la Franja de Gaza este fin de semana, antes de lo previsto. La resistencia fue también menor, aunque en una zona de Cisjordania que no será evacuada un judío mató ayer a cuatro palestinos.

 Por Ferrán Sales*
Desde Jerusalén

Las fuerzas de seguridad israelíes lograron ayer desalojar la mitad de los asentamientos de la Franja de Gaza en poco menos de doce horas. La operación, considerada un éxito por las autoridades militares y el gobierno, presumiblemente acabará el domingo, antes de lo previsto, pero para ello deberán evacuarse los enclaves de Neve Dekalim y el de Kafar Darom, donde se han venido atrincherando los elementos más radicales de la extrema derecha, venidos de todos los puntos del país.
El triunfo de la operación militar ha sido reconocido incluso por los dirigentes colonos, uno de cuyos líderes llamaba a la rendición y propugnaba el desalojo voluntario al asegurar compungido: “Hemos fracasado, los asentamientos de Gaza han caído”. El ejército israelí, un puño de hierro enfundado esta vez en un guante de seda, logró ayer desactivar gran parte del núcleo duro de los colonos radicales y evacuar al menos la mitad de los asentamientos de la Franja de Gaza, acelerando así una operación que se había previsto que durara al menos diez días. La contundencia y la sorpresa con que se está desarrollando la operación militar son las dos claves que permiten explicar este éxito, según aseguraba ayer Alejandro Mellincovsky, director del Departamento de Análisis y Estrategia del Ministerio de Defensa, quien en las últimas horas había seguido la operación sobre el terreno en el propio asentamiento de Neve Dekalim.
Los balances son contundentes: se han vaciado 583 casas y edificios públicos de los 21 enclaves, lo que supone una cuarta parte de los censados oficialmente. Han quedado también vacíos o están en proceso de desalojo no menos de una decena de asentamientos y se ha logrado establecer negociaciones, a través de miembros del gobierno, con al menos otros cinco enclaves más. Los dirigentes de algunos de estos asentamientos se han comprometido a abandonar de manera colectiva y pacífica sus casas en las próximas horas. Mil familias colonas, de las 1700 afectadas por el repliegue, están ya en Israel.
El operativo de desalojo fue desencadenado por al menos 15.000 soldados y policías, perfectamente adiestrados para esta operación durante los dos últimos meses, según se aseguró en fuentes oficiosas. El ejército se niega a facilitar datos cuantitativos referidos a la operación militar por “razones estratégicas”. El hermetismo llega incluso a guardar en secreto el nombre de las brigadas o las unidades que llevan a término el desalojo de los colonos radicales, aunque todo el mundo conoce que entre ellos hay miembros de la laureada Brigada Golani, curtida en la guerra del Líbano, o de la histórica Givati. La mayoría de los efectivos son profesionales y jóvenes. El mando militar ha tenido en esta operación especial cuidado en no utilizar reservistas, al parecer por temor a que los miembros decidieran a último momento desertar o se mostraran blandos con los colonos.
Pero antes de cerrar la operación y declarar oficialmente desalojados los asentamientos de la Franja de Gaza, las fuerzas militares deberán vencer la resistencia de al menos cuatro puntos clave: Neve Dekalim, Netzarim, Elai Sinai y sobre todo el asentamiento de Kfar Darom, donde ha venido agrupándose un singular ejército de fanáticos, constituido por mujeres y niños de todas las edades incluidos bebés. Llegados desde los enclaves más radicales de Cisjordania, se han atrincherado en la Sinagoga, dispuestos a convertirse en mártires de una nueva cruzada. La resistencia de Kfar Darom, un asentamiento inicialmente compuesto por 380 habitantes, nada tiene que envidiar al coraje de los habitantes de Neve Dekalim, la capital de la Gaza judía, 2536 habitantes, la mitad de los cuales, sin embargo, ya han salido. Elai Sinai es otro de los puntos rebeldes; los colonos tratan de convertirlo en un símbolo. Su población, 349 habitantes, está constituida básicamente por desalojados del enclave de Yamit en Egipto, evacuado en 1982 en virtud del acuerdo de paz firmado entre El Cairo y Tel Aviv. Ayer, cuando los últimos colonos de Elai Sinai se preparaban para la rendición recibieron un refuerzo inesperado: un grupo de colonos de los Altos del Golán que al mando de un comandante en la reserva logró pasar la línea de seguridad de los soldados.
“El desalojo se está llevando a término sin incidentes mayores, salvo el acuchillamiento de una soldada por una menor que le clavó una aguja hipodérmica, o insultos y algunos golpes”, aseguraba ayer en tono distendido en el centro de prensa de Eskhol, cerca del pasaje de Kissufim, un mando militar, mientras trataba de reponer las fuerzas. Las tareas de desalojo finalizaron al oscurecer para volver mañana con más energía. El primer ministro Ariel Sharon siguió ayer por la televisión pública las imágenes del desalojo forzoso. “Las imágenes de los colonos –evacuados por la fuerza– rompen el corazón: es imposible mirar esto, incluso para mí”, aseguraría el primer ministro, tratando así de olvidar muchas cosas, para empezar que él mismo al principio de la Intifada alentó a los colonos a radicalizarse y animó la formación de las células juveniles bautizadas con el nombre de “jóvenes de lo alto de las colinas” para que constituyeran asentamientos salvajes en Cisjordania y Gaza. Sharon, quien se responsabilizó de todo lo que estaba ocurriendo, desenmarcando al ejército de su decisión política, en un intento de congraciarse con ellos los llamó ayer “héroes de la historia de Israel”, pero éstos le contestaron llamándolo “traidor”.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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Dos colonos israelíes se abrazan y lloran al final de la última ceremonia religiosa en Neve Dekalim.
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