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Un extremista judío, colono del asentamiento de Shuvt Rachel, en el norte de Cisjordania, asesinó a tiros ayer a cuatro trabajadores palestinos. Los hechos ocurrieron en la entrada del enclave de Shilo, a pocos kilómetros de Ramalá, cuando el extremista arrancó el arma de un guardia de seguridad israelí, se metió en el interior de un coche en el que se disponían a viajar dos obreros palestinos y disparó a quemarropa sobre sus cabezas, matándolos en el acto.
El terrorista a continuación penetró en el interior de una fábrica, situada en los alrededores, donde empezó a disparar contra los obreros, hiriendo a siete de ellos. Dos de los heridos murieron cuando eran trasladados a un hospital, elevando el número de fallecidos a tres. El autor de los disparos fue identificado como Aher Wissgan, de 40 años de edad, un conductor de ómnibus de los asentamientos de Cisjordania, conocido por sus ideas radicalizadas. Al parecer el individuo sufrió un ataque de exaltación al ver por la televisión las imágenes de los colonos expulsados de la Franja de Gaza.
Este es el segundo ataque que radicales judíos perpetran contra la población árabe en poco menos de dos semanas. El anterior ataque fue realizado por un desertor, también judío radical y colono, del norte de Cisjordania, que el pasado 4 de agosto disparó contra los viajeros de un autobús en la localidad israelí de Shfaram. En el ataque murieron cuatro árabes israelíes, entre ellas dos hermanas, estudiantes de la Universidad de Haifa. Los gobiernos israelí y palestino condenaron el acto y aseguraron que el ataque de este terrorista se inscribe dentro de las operaciones efectuadas por la extrema derecha con la que se intenta hacer descarrilar la retirada del ejército de la Franja de Gaza.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.