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El proceso de destitución contra el ex hombre fuerte de Luiz Inácio Lula da Silva, el diputado José Dirceu, puede estar llegando a su tramo final: el 9 de noviembre será votado en el pleno de Diputados. El Comité de Etica de la Cámara baja aprobó ayer por 13 votos a uno el informe presentado la semana pasada en el que se recomendaba la destitución del ex jefe de Gabinete de Lula por las denuncias que lo involucraban en el pago de sobornos a diputados aliados del gobierno para que apoyen las políticas oficiales. El Senado también fue noticia ayer cuando los principales protagonistas de este esquema de pagos ilegales, el ex tesorero del Partido de los Trabajadores (PT), Delubio Soares, el publicista que distribuía el dinero, Marcos Valerio, y altas figuras de los partidos políticos involucrados, se enfrentaron en un careo televisado. Pero una decisión posterior de la Corte Suprema anuló el fallo sobre la base de vicios de procedimientos.
El revés de ayer fue precedido por otra fuerte derrota, el miércoles, cuando otra comisión de Diputados, la de Constitución y Justicia, denegó por 39 votos a 15 –de los 39, 12 pertenecen a diputados aliados del gobierno– el pedido de suspensión del proceso contra Dirceu, que se basaba en que el partido –el Laborista Brasileño (PTB)– que había hecho la denuncia ya la había retirado. En el Comité de Etica, ayer, la única que defendió a Dirceu fue la representante del PT en esa comisión interna, la diputada Angela Guadagnin. “Pocos pueden ostentar un currículum como el de Dirceu”, argumentó. La respuesta fue rápida y contundente: “No estamos discutiendo una gran biografía” sino “analizando una colección de fechorías que secuestraron nuestros sueños”, retrucó el diputado Chico Alencar, que hace poco rompió con el partido gubernamental.
“La santísima trinidad del salariazo.” Así definió el presidente de la comisión del Senado, Amir Lando, a los protagonistas que participaron del careo público ayer. El ex tesorero del PT Delubio Soares, que según él ordenó crear una millonaria contabilidad ilegal, el publicista Marcos Valerio que financió y operó esos millones al mismo tiempo que mantenía suculentos contratos con el gobierno, y su directora financiera Simone Vasconcelos, que entregaba el dinero en mano a los beneficiados, se sentaron frente a una mesa en la que estaban los principales destinatarios de esos millones, es decir, los responsables de la base aliada del gobierno en el Congreso. El primero en comparecer fue el presidente del Partido Liberal (PL), Valdemar Costa Neto, seguido por el ex tesorero de ese partido, Jacinto Lamas, el asesor del Partido Progresista (PP), Joao Claudio Genu, y el primer secretario del PTB, Emerson Palmieri.
Soares confirmó que creó una contabilidad no declarada para el PT entre 2003 y 2004, de unos 24,2 millones de dólares. El ex tesorero, que asumió todas las culpas en nombre del partido de Lula, fue expulsado el fin de semana pasado. Valerio, en cambio, era el responsable de conseguir el dinero y organizar los pagos por orden de Soares. Según el publicista de las “mensualidades”, era “amigo” de todos los partidos, inclusive de los de la oposición. De hecho, el presidente de la opositora socialdemocracia Eduardo Azeredo renunció esta semana a su cargo partidario luego de ser acusado, inclusive por el mismo Valerio, de haber recibido préstamos ilícitos de mano del publicista en 1998 y 2002.
Según las listas de Valerio divulgadas por la prensa local, el PP recibió 3,4 millones de dólares y el PTB unos 1,4 millón de dólares. Al PL le habrían entregado 4,8 millones de dólares entre 2003 y 2004, aunque el presidente del PL sólo reconoció haber recibido unos 2,8 millones de dólares. Para el diputado socialdemócrata Julio Redecker, el careo más los datos de los que dispone la comisión legislativa demuestran que hubo un “salariazo” a los aliados de Lula en el Congreso y que el pago era semanal.