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El teólogo de la liberación brasileño Leonardo Boff publicó ayer su crítica más dura, hasta el momento, del Partido de los Trabajadores, después de la crisis generada por las coimas pagadas a legisladores de la oposición. “La mayor deuda del PT no es financiera –escribió Boff– es política y ética. La sofisticada corrupción en el grupo director del partido tuvo un efecto devastador en la población, especialmente sobre los que alimentaban un sueño histórico de cambio de rumbo.” El resultado puede ser “la maldición del pueblo y el desprecio de los militantes”.
Boff, un ex cura de larga militancia progresista que apoyó al PT desde su fundación, publica los viernes una columna en el diario brasileño Jornal do Brasil. Ayer, el teólogo recuerda que antes de que se creara ese partido, Brasil “y el mundo” estaban en una etapa de despolitización. “Con la irrupción carismática de Lula se encendió la llama de la liberación tan esperada –sigue la columna–; era el momento de otro sujeto histórico en el poder, de otro proyecto Brasil, de otra vía para la inclusión. Todo se haría bajo el cetro de la ética y la transparencia.” Pero para Boff, “no fue lo que ocurrió” y el problema fue “la falta de osadía”.
“Lo que más duele es la repetición simple del pecado original”, escribe Boff. “Capas importantes del partido sucumbieron a los cantos del gran tentador, el poder como ventaja personal y partidaria, el retroceso de la ética del interés general. La decepción creada es, en términos políticos, ilevantable. Hay que repararla. O los dirigentes recibirán la maldición del pueblo y el desprecio de los militantes.”
El centro del problema, explica Boff, es que “el regreso de la ética era la forma de llenar el vacío de la utopía, en baja en todo el mundo”. Por eso, “la traición a la ética hizo que la política volviera a ser vista como el mundo de lo sucio, de los propósitos inconfesables, de los negociados”. Para Boff, “el PT tiene que pagar su deuda ética con la moneda de la humildad y la coherencia”.