“En Chile hay estado de derecho”, afirmó el presidente Ricardo Lagos ante el pedido de asilo político que realizó a Estados Unidos la hija mayor del ex dictador chileno Augusto Pinochet, Inés Lucía Pinochet Hiriart. El pedido generó malestar en el gobierno de Santiago, que considera que con esa acción se siembran dudas sobre la Justicia chilena y se impulsa la idea de una persecución política contra la familia Pinochet. La mujer de 64 años, acusada de evasión fiscal y uso de pasaportes falsos, fue retenida el miércoles en Washington procedente de Buenos Aires, y es mantenida bajo custodia de personal de migraciones en un recinto especial en la capital estadounidense. El plazo para que algún funcionario norteamericano se pronuncie sobre la solicitud vence hoy, y en caso de que Inés Lucía Pinochet sea devuelta a la Argentina, el juez Carlos Cerda ya solicitó una autorización para su detención, con fines de extraditarla.

La solicitud complica al gobierno estadounidense porque, en caso de ser acogida, “significaría que Washington cuestiona el estado de derecho de Chile”, explicó el analista José Miguel Olivares, profesor de Derecho Internacional de la Universidad Católica de Chile. “Estados Unidos (...) cuestionaría al país que en la región le es más cercano”, dijo Olivares. Pero el ministro del Interior, Francisco Vidal, al igual que el presidente Lagos, afirmó que “nadie es perseguido por sus ideas políticas”. Lo que muchos se preguntan es qué llevó a la mujer a solicitar asilo. ¿Fue una maniobra desesperada para evitar su encarcelación por fraude fiscal o un acto calculado para mostrarse como víctima de persecución política?

Osvaldo Puccio, secretario general del gobierno, reiteró que la solicitud de asilo no entra en los casos previstos para otorgar este beneficio, ya que la hija mayor del ex dictador está encausada por delitos fiscales. “Tengo la absoluta convicción de que esta solicitud de asilo político va a ser rechazada porque carece de fundamentos”, dijo por su parte el canciller Ignacio Walker, para quien el pedido de Inés Lucía Pinochet es “surrealista”.

El canciller explicó que en un plazo de 48 horas desde el pedido, un funcionario en Estados Unidos se debe pronunciar sobre si procede o no el asilo. En caso de que se apruebe la solicitud, se le concedería a la hija del ex dictador el status de refugiada, lo que le impediría ser devuelta a Chile por existir antecedentes de persecución debido a su opinión política. Si se niega el asilo, la mujer podría ser devuelta a Buenos Aires, razón por la cual el juez a cargo de la causa, Carlos Cerda, se mostró previsor y solicitó a la Corte Suprema de Chile autorización para pedir a la Argentina una orden de detención con fines de extradición para la hija mayor del ex dictador chileno en caso de que sea devuelta a ese país. Pero en este caso se teme que el hecho pueda prolongarse, ya que Inés Lucía Pinochet podría apelar la decisión.

La situación pone en una posición molesta a toda la familia, ya que se alzan voces reclamando más dureza y rigor con todo el “clan Pinochet”. Además, el asunto repercutió en la salud del ex dictador, de 90 años. “Está bastante mal, con el azúcar muy alta”, afirmó ayer Augusto Pinochet Hiriart, uno de los hijos del ex general, quien agregó que su padre “no ha hecho comentario alguno” sobre su hija.