El “todo vale” está a la orden del día en Perú. Ahora hay amenazas de guerra civil, fusilamientos, persecuciones, y más... Si Ollanta Humala no gana las elecciones del 9 de abril, “se desatará una guerra civil”, dijo el líder ultranacionalista y candidato al Congreso Antauro Humala, uno de los hermanos del candidato presidencial de Unión por el Perú, que está primero en las preferencias electorales. Además, el mayor en retiro –que se presenta por un partido distinto que el de Ollanta– insistió en la necesidad de los “fusilamientos a adversarios, persecución a los homosexuales y la liberación de los líderes presos de los grupos armados ultraizquierdistas” y se mostró convencido de que la moderación que muestra su hermano obedece a “motivos electorales”, dando a entender que, si sale victorioso, seguirá las ideas radicales de su padre, Isaac Humala. Ollanta, por su parte, respondió a los dichos de su hermano afirmando que Antauro “habla tonterías y todo lo que diga es irrelevante”.

“Si la derecha –hipotéticamente, pues para mí es imposible– logra encumbrarse, estallará una guerra civil. El globo-neoliberalismo está agotado, colapsado”, afirmó Antauro, en una entrevista con el diario limeño La Razón. El mayor en retiro, preso desde el año pasado por la toma de una comandancia policial, insistió en que el nacionalismo se basa en un proyecto familiar liderado por su padre, Isaac, y aseguró que las distancias que tomó su hermano al respecto son temporales. Para Antauro, un eventual gobierno de Ollanta tendrá como faro ideológico a su padre, el septuagenario abogado ex comunista que crió a sus hijos con base en ideas radicales que incluyen sentimientos ultranacionalistas, militaristas, racistas, xenófobos, homófobos y antisemitas. “Creo que mucho tiempo en el extranjero lo ha ahuevado (atontado) un poco, pero estoy seguro de que se irá desahuevando poco a poco”, dijo Antauro refiriéndose a su hermano.

El mayor en retiro realizó otra serie de declaraciones controvertidas al insistir en los fusilamientos a adversarios, la persecución a los homosexuales –pues “cualquier visitante extranjero podría pensar que el pueblo peruano es de tipo hermafrodita, nada honorable”, afirmó– y en la liberación de los líderes presos de los grupos armados ultraizquierdistas, incluido Abimael Guzmán. “Los fusilamientos cumplirán el mismo rol que la guillotina en la Revolución Francesa. En este proceso las cabezas de (el presidente Alejandro) Toledo, (su esposa Eliane) Karp y otros, obviamente deberán tener similar destino que las cabezas de Luis XVI y María Antonieta, previo proceso”, apuntó.