EL MUNDO
Cómo fotocopiar seis mil millones de ganancia falsa
Xerox se sumó ayer a la lista de corporaciones basadas en EE.UU. que admite que exageró su nivel de ganancias en sus balances. Y la confianza de los inversores en EE.UU. sigue cayendo.
Por Nils Pratley y
Jill Treanor *
Desde Londres
La Norteamérica de las corporaciones sufrió ayer un nuevo escándalo de contabilidad cuando Xerox, el gigante de las fotocopias y las imprentas, admitió que había exagerado su informe de ganancias durante los últimos cinco años por casi 2000 millones de dólares, pero el Wall Street Journal dijo que la cifra estaría más cerca de los 6000 millones. Estas revelaciones, que aparecen a la zaga de las denuncias de fraude en WorldCom y Enron, amenaza con profundizar el daño a la confianza en la economía estadounidense, la integridad de Wall Street –que cerró con resultados mixtos ante el nuevo embate– y el dólar, que ayer llegó a una fracción de paridad con el euro entre una fuerte y renovada presión vendedora.
El escándalo de Xerox es doblemente shockeante porque los problemas de la compañía parecían haber sido resueltos por una investigación de abril por parte de la Comisión de Valores (SEC, por sus iniciales en inglés), el principal organismo de vigilancia financiera de Estados Unidos. Ese examen determinó que la exageración por Xerox de su nivel de ganancias, lograda por medio de enfatizar las ventas de equipos, era de 3000 millones de dólares. Bajo las nuevas cuentas, la figura equivalente es de 6400 millones de dólares, que ayer hizo caer las acciones de Xerox en un 10 por ciento. No obstante, y gracias a otras revisiones de sus cuentas, la compañía pudo alegar que la exageración neta de sus ganancias era de 1900 millones, aunque aún admite que sus ganancias entre 1997 y 2000 fueron exageradas en 1400 millones.
Xerox, fundada en 1906, tiene casi 80.000 empleados en todo el mundo, incluyendo 3000 en su sede central europea en Uxbridge, Inglaterra. Su escándalo contable estalló el año pasado cuando su compañía de auditoría, KPMG, fue despedida luego de 30 años de trabajar para la firma. La Comisión de Valores acusó a Xerox de haber “mal orientado y engañado a inversores” vía una serie de trucos contables diseñados para manipular sus ganancias y enriquecer a los altos ejecutivos. Una de las trampas de Xerox era conocida internamente como el “proyecto Mozart”, por su supuesta brillantez creativa. Xerox acordó pagar una multa de 10 millones de dólares para levantar los cargos, pero la SEC ha dicho a un número de ex ejecutivos y KPMG que está considerando presentar cargos civiles contra ellos.
A pesar de que el índice Dow Jones apenas fue afectado por el escándalo Xerox en las primeras rondas bursátiles en Nueva York, está aumentando la preocupación sobre el dólar. La intervención del Banco de Japón, que está inquieto por el impacto sobre la recuperación japonesa liderada por las exportaciones, invirtió el deslizamiento del dólar en las rondas bursátiles de la tarde pero resulta cada vez más evidente que las instituciones financieras fuera de Estados Unidos están perdiendo fe en la moneda. Stephen King, economista jefe del HSBC, dijo: “Me parece que estamos al borde de algún tipo de quiebre en lo referido al dólar. Los inversores externos en Estados Unidos no han visto los dividendos esperados. Los mayores beneficiarios han sido los consumidores norteamericanos. Si todo se limita a una pequeña caída del dólar, puede no ser tan malo. Pero si continúa y vemos una gran caída, resulta destructivo para la competencia europea y eso no es bueno para el crecimiento europeo”.
Sir David Tweedie, jefe de la agencia internacional de control de contabilidades, pidió cambios a la estructura de los comités de auditoría que supervisan las cuentas de Xerox, sugiriendo que uno de sus miembros debería ser un director financiero de otra compañía o uno que se haya retirado recientemente: “A muchos directores financieros no les gusta que otro director financiero lo mire por sobre sus hombros”. David, a quien se acredita por la introducción de nuevas reglas contables luego delescándalo Maxwell en los 90, advirtió que las consecuencias serían graves si no se hacen cambios. “Son temas serios”, advirtió.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.