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El justicialismo en el Congreso cayó en la misma jugada que sus colegas del gobierno nacional. Sin dudarlo, el miércoles, acompañó la teoría oficial de que las muertes eran producto de batallas entre fracciones piqueteras. Los diputados, donde predomina el duhaldismo, incluso emitieron un comunicado de apoyo al Presidente. Ahora, con las pruebas de la responsabilidad policial en los crímenes, decidieron guardar silencio. Los senadores, en cambio, parece que ya comenzaron a ver que las consecuencias de la sangrienta represión serán funestas para Eduardo Duhalde. El jueves, durante una reunión de mesa de conducción, los senadores oficialistas consideraron que la protesta social y el inalcanzable acuerdo con el FMI “acelerará el escenario de elecciones anticipadas”.
A pesar de que el asueto decretado el jueves era sólo para ese día, el Congreso ya prácticamente no funcionó. Ese día, por caso, sólo la conducción del bloque de senadores oficialistas estaba presente. Las escenas de la represión se repetían en los televisores de sus despachos cuando se encontraron al mediodía. La primera conclusión a la que arribaron fue que las elecciones se aceleran y la tan mentada transición duhaldista se complica. “La debe hacer uno de nosotros para que un peronista se haga cargo del país”, confió a este diario uno de los miembros de la conducción de la bancada. El tema, claro, es cómo conseguir que el Presidente llegue al 2003 y las internas partidarias se concreten. El senador lo dice: “Cada vez creo menos que Duhalde llegue al próximo año”.
Hay un dato más fuerte. La fuente confió que en la conducción del bloque de senadores está creciendo el consenso de no votar más leyes conflictivas que envíe el Ejecutivo. Por ejemplo, dijo que “la inmunidad de los directores del Banco Central no pasa por acá” y que el resto de las iniciativas “las pueden resolver con decretos de necesidad y urgencia”.
Respecto de la represión del miércoles, el legislador dijo que “no esperábamos tanta violencia”. Desde un primer momento el senador se mostró distante de la versión oficial de lo ocurrido: “Hay que esperar”, dijo el jueves y prefirió ahondar en las consecuencias que analizó junto al resto de sus colegas. Este sostuvo que “lo ocurrido no ayuda a la negociación con el FMI y termina beneficiando a la derecha que impulsa la dolarización”. Frente a este diario el oficialista fue un poco más allá y reconoció que dentro del PJ el más beneficiado por esta crisis es Carlos Menem, pero aclaró “no creo que el turco esté detrás de lo sucedido”.
Ayer en Diputados tampoco había muchos legisladores. Sólo estaba el hiperduhaldista José María Díaz Bancalari, quien fruto de las pruebas trocó su primera tesis (la de la matanza entre piqueteros), para ahora sostener que “la Justicia reaccionó rápidamente y, con la colaboración del testimonio fotográfico que aportó la prensa, obtuvo resultados inmediatos en la investigación”. Luego agregó que “lo ocurrido vuelve a plantear cómo se recompone la búsqueda de transformación social por métodos pacíficos”.
El jueves el bloque oficialista ya se había preocupado por revertir la imagen del miércoles cuando los legisladores peronistas prácticamente huyeron al escuchar los rumores que sostenían que columnas de manifestantes se dirigían al Congreso a repudiar la represión y las muertes. Así fue que decidieron concretar la reunión de bloque que habían suspendido la jornada anterior. Apenas cincuenta diputados participaron del encuentro. La mayoría eran duhaldistas. Gracias a esa mayoría, el bloque emitió un comunicado donde lamentó las muertes, condenó la violencia, convocó a mantener la paz y expresó “su apoyo al Gobierno en la difícil transición que le tocó asumir y respalda todas las acciones tendientes a la reactivación de la economía y la distribución equitativa de la riqueza”. De adelantar las elecciones no hablaron. Hasta ahora losmenemistas mantuvieron un estratégico silencio, pero se saben “los únicos beneficiados” porque, como dijo uno de ellos, “Carlos crece en las encuestas. Dios quiera que la gente recapacite y lo vuelva a acompañar”. De las muertes y la exclusión social no dijeron nada.