EL MUNDO › VOLVERIAN LAS MOVILIZACIONES Y PROTESTAS EN SEPTIEMBRE

Los pingüinos contraatacan

La lentitud demostrada por el consejo que se formó para reformar la ley educativa pinochetista en Chile está colmando la paciencia de los estudiantes, quienes encabezaron manifestaciones masivas en mayo y junio. Esta semana hubo 110 detenidos en Maipú.

Los “pingüinos” chilenos preparan un contraataque. Los estudiantes secundarios, que pusieron Chile patas para arriba en mayo y junio pasado con marchas y paros en los colegios, están disconformes. Dicen que el Consejo Asesor Presidencial para la Educación conformado por la presidenta Michelle Bachelet para poner fin a la crisis educativa no está dando resultados. El período de relativa calma inaugurado por la constitución de esa comisión podría estar llegando a su fin y se pronostican nuevos dolores de cabeza para el gobierno chileno. Un indicio de ello fueron las violentas protestas que se dieron esta semana en la comuna de Maipú, al oeste de Santiago, que dejaron un saldo de 110 detenidos. “¿Por qué tenemos que seguir esperando?”, indicó María Huerta, una de las voceras estudiantiles, en diálogo telefónico con Página/12.

El objetivo de los estudiantes secundarios, conocidos como “pingüinos” por su uniforme azul y blanco, es mejorar la calidad de la enseñanza y eliminar la brecha entre los colegios privados y los liceos públicos. Para ello piden la reforma de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE), promulgada por el ex dictador Augusto Pinochet (1973-1990) un día antes de dejar el poder, que estableció el predominio del mercado en la educación. También critican la extensión de la jornada escolar sin que los liceos estuvieran preparados y piden gratuidad de las Pruebas de Selección Universitaria (PSU), del pase escolar y del transporte escolar.

Para lograr estos objetivos, los estudiantes cuentan con dos medios: la movilización y la negociación. Durante todo mayo y principios de junio lanzaron un plan de lucha que incluyó toma de colegios y movilizaciones, a las que se sumaron estudiantes universitarios y otros sectores sociales. Tras semanas de paro y un intenso tira y afloje entre el gobierno y los “pingüinos”, se constituyó el Consejo Asesor, en el cual los estudiantes se encuentran sentados junto a expertos en educación, profesores, políticos y representantes del mundo social, con la misión de elaborar propuestas para una nueva ley de educación.

Las opiniones en cuanto a la lentitud en el trabajo del Consejo Asesor son bastante unificadas. “No hay conocimiento público de lo que se discute al interior del Consejo. Hay una sensación de que no se está haciendo nada”, afirmó Jenny Assael, experta en educación y asesora del Colegio de Profesores. “Hay un descontento generalizado con lo que está pasando en el Consejo. El movimiento estudiantil considera que el trabajo de la mesa va demasiado lento y no se discuten los temas de raíz. Dentro de la mesa nos están obligando a adoptar una postura mediocre. Quieren que aceptemos una solución provisoria a los problemas, pero nosotros queremos una solución de fondo”, indicó por su parte la dirigente estudiantil María Huerta, de 18 años, integrante del consejo.

La calma que mostraron los estudiantes en estos dos meses no tuvo que ver con una deposición de las demandas. Todo lo contrario. En este tiempo siguieron planteándolas, pero a través de la negociación. “Los estudiantes están movilizados, pero de otra forma. Están discutiendo”, indicó Assael. “Se generó una gran expectativa ante el Consejo Asesor. Por eso en junio aceptamos participar en la mesa, si no se nos iban a poner en contra todos, en especial la opinión pública chilena. Nos sentimos obligados a subirnos”, indicó por su parte Huerta.

Los analistas y estudiantes coinciden en que no se ve voluntad de cambio concreto del gobierno, sino de ir emparchando los problemas, sin realizar cambios estructurales. El presidente del Colegio de Profesores, Jorge Pávez, afirmó que el consejo presenta dos problemas: el número de miembros es demasiado grande y muchos de sus integrantes son responsables de las políticas privatizadoras. “Esto hizo que los temas de fondo tengan un proceso de mayor lentitud de lo que muchos quisieran”, indicó el profesor en diálogo con este diario. “Se está generando una percepción de que va a ser difícil una solución de consenso al interior del consejo”, agregó.

Por ello la paciencia de los “pingüinos” se estaría agotando y podrían volver a las calles en cualquier momento. De hecho lo hicieron esta semana en la comuna de Maipú, donde una marcha de 700 estudiantes terminó en enfrentamientos con los Carabineros, importantes destrozos y 110 detenidos. Según la experta Assael, es probable que el mes que viene haya movilizaciones, dependiendo de la evaluación que tiene que presentar el Consejo Asesor en septiembre. “Parece casi inevitable que en el mes de septiembre se reanude el proceso de movilización en torno de la educación”, coincidió el profesor Pávez. “No participarían sólo los estudiantes, sino probablemente también profesores, padres, apoderados y otros sectores. Las posiciones en favor del cambio deben expresarse”, indicó Pávez.

Sin embargo hay quienes hablan de que los estudiantes ya estarían planeando movilizaciones para la semana que viene. En la prensa chilena incluso circulaba el rumor del 18 de agosto como fecha probable de retorno a las calles. Huerta indicó que no se había llegado a un consenso en la asamblea, pero las movilizaciones son una posibilidad en discusión. “La protesta en Maipú expresó la necesidad de respuesta y de señales más rápidas. Los sectores que quieren cambios van a tener que movilizarse para poder alcanzar respuestas. Con el consejo no alcanza”, indicó Assael. “Hay que construir voluntad política y hacer presión para que esa voluntad política dé respuestas”, agregó.

El problema es que los “pingüinos” no son los mismos que hace dos meses. “Los estudiantes han tenido procesos de discusión interna bastante complejos”, afirmó el profesor Pávez. En la actualidad habría dos posiciones dentro de la asamblea estudiantil: los radicalizados y aquellos que abogan por seguir trabajando en el Consejo Asesor. La percepción de Pávez es que están divididos. Además, los estudiantes cambiaron sus voceros, lo que, según Pávez, “revela complicaciones internas”. La dirigente Huerta indicó sin embargo que el movimiento está “más unido que nunca” y que el cambio de voceros obedece a que los anteriores portavoces están en el último año de colegio, por lo que deben rendir muchos exámenes y prepararse para el ingreso a la universidad. “La asamblea consume mucho tiempo”, justificó.

Informe: Virginia Scardamaglia.

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Estudiantes chilenos arrojan piedras desde una estatua en Maipú, el 8 de agosto pasado.
 
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