Sábado, 23 de septiembre de 2006 | Hoy
Un importante ex funcionario de la Casa Blanca habría amenazado con devolver a Pakistán “a la edad de Piedra” si no ayuda.
Por Rupert Cornwell *
Desde Washington
George Bush dio un paso al costado de la última pelea en la creciente tensión entre Estados Unidos y Pakistán. Dijo que una supuesta amenaza de un importante ex funcionario de bombardear a Pakistán “hasta regresarlo a la edad de Piedra” si no cooperaba con Estados Unidos después de los ataques del 11 de septiembre lo había “tomado por sorpresa”. “Creo que fui tomado por sorpresa por la crudeza de las palabras”, dijo Bush ayer, mientras estaba parado al lado del presidente de Pakistán, Pervez Musharraf en la Casa Blanca, en lo que intentaba ser una fuerte demostración de unidad entre Washington y su aliado más importante en la “guerra contra el terror”.
Sin embargo, la cumbre sirvió para remarcar una nueva tensión entre los dos países, que comenzó con la evidente sorpresa de Washington por el reciente tratado de paz entre el gobierno pakistaní y las tribus en el remoto Waziristan, a lo largo de la frontera de Afganistán y Pakistán. Los críticos aquí dicen que el tratado es un apoyo tácito a los talibanes y un santuario para los líderes talibanes y Osama bin Laden, quien se cree que está oculto en la región. Pero Musharraf insistió en que el tratado no significaba un apoyo al talibán. Dijo que los informes sobre eso estaban equivocados. “El tratado no es con el talibán. El tratado es contra el talibán. El tratado es con los líderes tribales.” “Le creo”, agregó Bush.
El presidente de Estados Unidos, sin embargo, avivó otra disputa en una entrevista de CNN a comienzos de este semana, cuando declaró que “absolutamente” enviaría tropas estadounidenses al soberano territorio pakistaní para capturar o matar al líder de Al Qaida si tuviera la certeza de que Bin Laden estaba ahí. Musharraf inmediatamente se ofendió, dejando en claro que sus fuerzas eran perfectamente capaces de hacer la tarea.
Finalmente estaba también la propia afirmación de Musharraf, en un programa de la televisión CBS que será emitido mañana, de que inmediatamente después de los ataques del 11 de septiembre, el entonces secretario de Estado adjunto Richard Armitage le había dicho al director de inteligencia pakistaní que Estados Unidos bombardearía su país si no cooperaba con Washington en la “guerra contra el terrorismo”. Dijo que Armitage le había advertido, “estén preparados para regresarlos a la edad de Piedra”. Armitage, que ya no es más parte de la administración, negó ayer haber usado esa frase. Admitió, sin embargo, que había lanzado un fuerte mensaje: “O están con nosotros o no. La historia comienza ahora”.
Por su parte, Bush dijo que lo que él recuerda es que inmediatamente después del 11-9, el entonces Secretario de Estado, Colin Powell, le dijo: “Musharraf entiende lo que está en juego, y prefiere apoyarnos antes que a un enemigo que ha matado 3,000 de los nuestros”
En la entrevista de CBS, el líder pakistaní describió la edad de Piedra como “un comentario muy grosero”. Ayer, en la Casa Blanca, Musharraf declinó hablar sobre el tema, diciendo que tenía un acuerdo con los editores de un libro que debe salir la semana que viene. “Supongo que está diciendo, compren el libro”, bromeó Bush, añadiendo que se enteró de la controversia por los diarios.
Pero ni esta cordialidad ni la catarata de elogios que le prodigó el presidente de Estados Unidos a su huésped por su compromiso para luchar contra el terrorismo podían ocultar las tensiones. Musharraf proclamó nuevamente su determinación de llevar a los líderes de Al Qaida a la Justicia, pero parecía mucho menos relajado que en apariciones anteriores con Bush. Washington, por su parte, quiere que Pakistán patrulle las remotas fronteras con Afganistán mucho más a fondo.
El martes, Bush mantendrá conversaciones con Hamid Karzai, el presidente afgano, antes de una reunión tripartita con Karzai y Musharraf en la Casa Blanca el día siguiente, en la que la lucha contra el resurgente talibán y Al Qaida será lo más importante de la agenda. “Estamos juntos en la lucha contra esa gente”, aseguró ayer el líder pakistaní.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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