EL MUNDO

La bancarrota que faltaba en el dominó de caídas de Wall Street

Luego de su fraude financiero, WorldCom, la principal empresa de Internet en el mundo, pedirá en días la convocatoria de acreedores.

Por Jill Treanor *
Desde Nueva York
La compañía de telecomunicaciones WorldCom estaba considerando anoche presentarse a convocatoria de acreedores, superando a Enron como la mayor corporación en caer en Estados Unidos. La que alguna vez fue la estrella de Wall Street virtualmente carece de dinero desde que se conociera el mes pasado un fraude en sus libros de alrededor de cuatro mil millones de dólares. La noticia derivó en el comienzo de una investigación de la justicia criminal y del ente de control bursátil de Estados Unidos, y terminó con la posibilidad, para la empresa, de obtener un crédito por cinco mil millones de dólares. Ahora se espera que la compañía opte por acogerse al capítulo 11 de los procedimientos de bancarrota, una movida para protegerse de sus acreedores.
Los directivos de la empresa basada en Mississippi, fundada por el excéntrico Bernie Ebbers, han estado encerrados este fin de semana en conversaciones con sus bancos sobre las posibilidades de financiamiento para que la empresa continúe operando mientras se ejecuta la bancarrota. WorldCom tiene una deuda de 30 mil millones de dólares y les debe a sus bancos 2500 millones de dólares en créditos recientemente otorgados. Su crisis ya tuvo serias repercusiones en Wall Street y puso en alerta al Capitolio (sede del Congreso norteamericano), aumentando los temores sobre la precisión de las cuentas declaradas por las compañías de telecomunicaciones durante la etapa de crecimiento que caracterizó al boom de los ‘90.
El índice industrial Dow Jones, el barómetro de Wall Street, se hundió al nivel más bajo en cuatro años en una jornada volátil el viernes, lo que implica que esta semana será una de las más decisivas de los tiempos recientes para “medir” el nivel de la caída. Los operadores londinenses se están preparando para otro día turbulento hoy, cuando la Bolsa de Londres reaccione por primera vez a la debacle de Wall Street del viernes. La confusión en los mercados norteamericanos apuró a las autoridades norteamericanas a tomar medidas para fortalecer el ánimo de los inversores.
Durante el fin de semana, el presidente de EE.UU., George Bush, que todavía se está defendiendo de las acusaciones en su contra acerca de sus negocios como empresario, solicitó al Congreso que trabaje rápido para que se endurezcan las medidas para terminar con el crimen corporativo. “Este es el momento de actuar decisivamente para traer una nueva era de integridad en el mercado y los negocios norteamericanos”, declaró. El presidente quiere que la legislación, que en estos momentos está siendo negociada entre la Cámara de Representantes y el Senado, salga antes del receso de verano de agosto.
En su esfuerzo para tratar de calmar a los norteamericanos molestos por las pérdidas en sus acciones, así como por el impacto de la crisis en las pensiones, Bush insistió en que está tomando acciones rápidas y duras. “Voy a defender los derechos e intereses de todos los trabajadores y tenedores de acciones norteamericanos, y no voy aceptar como mínimo otra cosa que una honestidad completa”, dijo. Los jefes ejecutivos de las compañías más grandes de Estados Unidos recibieron órdenes de hacer públicos sus procedimientos de contabilidad para mediados del mes próximo.
El presidente Bush está bajo sospecha por sus negocios en la Harken Energy, mientras su vice, Dick Cheney, está enfrentando cargos por el período en el que presidió Halliburton, otra de las compañías investigadas. Antes del shock causado por el escándalo financiero de WorldCom, el colapso de la compañía de energía Enron tuvo un efecto devastador para la Casa Blanca, porque Enron es uno de los principales financistas del Partido Republicano.
La medida de WorldCom de cubrirse con el capítulo 11 de los procedimientos de bancarrota significa que la empresa podrá seguircontrolando sus operaciones –es la principal empresa que controla el tráfico de Internet en todo el mundo– sin que sus acreedores puedan reclamar el pago de sus deudas. La compañía ya dejó en claro que no tratará de desprenderse de ninguna de sus subsidiarias, una medida que podría perturbar aún más a los acreedores. WorldCom también está enfrentando acciones en los tribunales sobre su decisión de no hacer nada con los créditos recientemente tomados por 2500 millones de dólares ni con los litigios que encararán sus tenedores de acciones.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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John Sidgmore, presidente y CEO de la empresa WorldCom.
La Casa Blanca quiere que los jefes digan cómo hacen las cuentas.
 
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