Sábado, 17 de marzo de 2007 | Hoy
El presidente Musharraf destituyó al presidente de la Corte Suprema y desató un vendaval. Su policía destruyó un canal de televisión que cubría las manifestaciones en favor del juez.
Por Justin Huggler *
El régimen del presidente Pervez Musharraf en Pakistán recurrió a métodos de mano dura ayer en un intento por acallar las manifestaciones contra él que están creciendo día a día. Ayer, la policía antidisturbios irrumpió en un canal privado de televisión que estaba emitiendo imágenes de la manifestación, atacó con gas lacrimógeno al personal y destrozó el estudio. Cientos de policías lucharon contra los manifestantes frente a la Corte Suprema en la capital, Islamabad. Varias figuras importantes fueron arrestadas por tomar parte en las manifestaciones en todo el país, incluyendo a un ex presidente y al líder de uno de los principales partidos de la oposición. Un miembro del Parlamento declaró que había sido golpeado por la policía en las manifestaciones.
Adentro del edificio de la Corte Suprema, su presidente, Iftikhar Chaudhary, estaba en la segunda audiencia a puertas cerradas ante un tribunal especial. El centro de la disputa es el intento del presidente Musharraf de despedir a Chaudhary. Había acusado al juez de “mal uso de sus funciones”, pero se supone que esta medida en Pakistán está motivada políticamente. Desde que tomó el poder en un golpe en 1999, el general Musharraf ha tratado de mantener un barniz de legitimidad, pero ayer su régimen fue expuesto como lo que es: una dictadura militar.
La idea de un Poder Judicial independiente ya había sido empañada por la acción contra Chaudhary, la imagen de la libertad de prensa estaba destrozada en las ruinas de los estudios de Geo Televisión y la ilusión de democracia estaba rota fuera de la Corte Suprema, mientras por lo menos siete miembros del Parlamento eran sacados en automóviles de la policía.
Las autoridades ya habían ordenado que uno de los programas de noticias más populares de Geo saliera del aire por su cobertura crítica de la acción del presidente contra Chaudhary. Ayer, mientras el canal desafiaba presiones para que no emitiera imágenes de los manifestantes afuera de la Corte Suprema, la policía antidisturbios irrumpió en su estudio de Islamabad para clausurarlo.
Pero la táctica pareció revertirse mal, cuando Geo fue capaz de emitir imágenes en vivo de la policía con cascos abriéndose camino hacia adentro del edificio antes de que se cortara su trasmisión. “La policía ha atacado nuestras oficinas, están rompiendo las ventanas”, dijo el jefe de la mesa de noticias de Geo, Hamid Mir, uno de los periodistas más conocidos en Pakistán. “Están golpeando a nuestro personal. Han usado granadas de gas lacrimógeno. Hasta nuestro personal femenino ha sido lastimado. Están destrozando nuestro edificio.” El ministro de Comunicaciones, Mohammed Ali Durrani, que estaba en ese momento en el estudio Geo, trató inmediatamente de distanciar al gobierno del ataque al canal. “No hay justificativo alguno para esta acción. Condeno esta acción”, dijo. “Es nuestra tarea tomar acciones contra los responsables de esto.” Pero es improbable que la policía haya tomado una determinación tan drástica sin la aprobación de arriba.
Afuera de la Corte Suprema, la policía atacó a los manifestantes con bastones y éstos respondieron tirando piedras. Qazi Hussain Ahmad, el jefe de MMA, una coalición de los partidos políticos islamistas, fue arrestado junto con por lo menos otros siete miembros del Parlamento. Uno de ellos, Mohammed Usman, les dijo a los periodistas que habían sido golpeados por la policía afuera del edificio de la Corte. En la ciudad de Lahore, el ex presidente democrático Rafique Tarar fue arrestado mientras iba al frente de una manifestación.
Las manifestaciones se están convirtiendo rápidamente en lo más serio con que se ha enfrentado Musharraf desde que tomó el poder. Su gobierno se negó a dar detalles de los cargos contra Chaudhary, pero la mayoría de los paquistaníes sospecha que el juez está siendo acusado porque osó desafiar al gobierno. Ha estado pidiendo que el gobierno brinde información sobre el paradero de cientos de personas que han desaparecido y cuyos parientes dicen que están detenidos secretamente por los servicios de inteligencia. El presidente Musharraf se enfrenta a la reelección este año –un ejercicio mayormente cosmético en el que se espera que el Parlamento lo vote nuevamente–. Algunos analistas paquistaníes dicen que el presidente puede estar detrás de Chaudhary porque cree que el juez puede impedirle que se mantenga en su rol dual, como presidente y como jefe del ejército.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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