El gobierno boliviano y Petrobras llegaron finalmente ayer a un acuerdo sobre la indemnización que recibirá la empresa petrolera estatal brasileña por las dos refinerías que ahora pasarán a control estatal, luego de que el presidente Evo Morales decretara el monopolio de YPFB sobre la producción de petróleo reconstituido y gasolina blanca. El mandatario boliviano destacó que Petrobras bajó bastante el precio, a 112 millones de dólares, desde su primera propuesta de 200 millones.

Petrobras había anunciado al principio de la semana que estaba dispuesto a transferir las dos plantas. Sin embargo, la empresa brasileña se negaba a perder dinero con respecto a lo que había pagado inicialmente por las refinerías y sus inversiones posteriores. Petrobras había adquirido las refinerías de Cochabamba y Santa Cruz en 104 millones de dólares en diciembre de 1999, al gobierno de Hugo Banzer. Los medios brasileños aseguraban ayer que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva había presionado personalmente a los directivos de Petrobras para que llegaran a un acuerdo. “Brasil podría ser responsabilizado de una eventual inestabilidad política en Bolivia en función de la controversia en torno de las refinerías”, habría asegurado un alto funcionario brasileño a la agencia Estado.

Morales reconoció este gesto y a pesar de haber cerrado con una indemnización mucho mayor de lo que ofrecía –70 millones de dólares–, se mostró satisfecho con la negociación. “Al margen de los valores, lo importante es la decisión política, y la decisión política del pueblo boliviano es recuperar las refinerías y la del presidente Lula es devolverlas a un precio justo”, explicó el presidente boliviano, que se ocupó personalmente de hacer el anuncio en su país.