EL MUNDO
Sindicatos uruguayos en huelga contra el fenómeno
El presidente uruguayo Jorge Batlle, que anteayer dijo que los uruguayos “somos unos fenómenos”, enfrentó ayer un paro nacional de 14 horas, y el sindicato de bancarios se declaró en conflicto.
Los acuerdos con los organismos internacionales llegan, los bancos no se desploman y el presidente Jorge Batlle se anima a decir, exultante, que los uruguayos “somos unos fenómenos”. Pero Uruguay dista de ser el mejor de los mundos posibles y ayer una huelga convocada por la central sindical del país paralizó buena parte de Montevideo y del país, en protesta por el “minicorralito” que rige para algunos depósitos en dólares y, sobre todo, en reclamo de una política de reactivación que busque, además de evitar el contagio argentino, salir de la recesión. El sindicato de bancarios resolvió ayer por la noche declararse en conflicto contra la nueva ley de Estabilidad Bancaria y en defensa de sus puestos de trabajo.
La medida de fuerza organizada por el PIT-CNT (Plenario Intersindical de Trabajadores-Confederación Nacional de Trabajadores) comenzó a las 10 de la mañana y afectó principalmente a la banca, la educación, la salud, los servicios públicos y el transporte. Unos 2000 trabajadores se concentraron frente a la Casa de Gobierno, donde varios dirigentes leyeron proclamas contra la política del gobierno de Batlle. “Vivimos momentos difíciles, críticos, en los que hay que dar la cara y ponerse al frente de la lucha. Con dificultades y carencias, pero con la decisión de siempre, sin esconder la responsabilidad, sino asumiendo el desafío de estos tiempos”, declaró la dirigente Ivonne Posada. “Hay que ver la vergüenza que siente nuestro pueblo al hacer las colas con un tachito para esperar que le den una sobra de comida. Pero ese mismo pueblo, que sabe mucho de vergüenza, exige trabajo, con salarios dignos, jubilaciones decorosas e industrias sustentables. No estamos acostumbrados a vivir de la caridad y tampoco queremos asistencialismo de parte del gobierno, sino trabajo y salarios dignos para poder vivir”, completó.
Luego del acto principal, unos 5000 empleados bancarios se reunieron en asamblea para decidir medidas contra el plan financiero del gobierno. Tras siete horas de debate, el titular del gremio, Eduardo Fernández, quien señaló que se facultó el consejo directivo del gremio a “preparar cualquier tipo de movilización, incluso la huelga general”, pero aclaró que “el gobierno se comprometió a crear una mesa de diálogo, con participación laboral, para estudiar la reubicación de los empleados de los bancos que deban cerrar en el marco de la nueva ley financiera”. Además del congelamiento parcial de depósitos, el gobierno suspendió las operaciones de tres bancos privados, entre ellos el Comercial y Montevideo-Caja Obrera y se teme una debacle del sistema financiero. Según el sindicato, existe el peligro de que unos 2500 empleados se queden sin trabajo, al tiempo que asegura que el congelamiento beneficiará a la banca privada, porque generará más confianza que la pública.
El gobierno uruguayo, que está en una crisis interna por los vaivenes del Partido Blanco, socio en el poder del Partido Colorado de Batlle, recibió ayer el sorpresivo respaldo del gobierno chileno. Y fue sorpresivo porque no se la esperaba a la canciller chilena, Soledad Alvear, por Montevideo. “Lamentamos la situación que están viviendo algunos países de la región y somos los primeros en expresar nuestra solidaridad”, dijo la canciller tras una reunión de dos horas con Batlle, durante la cual le transmitió un mensaje del presidente chileno, Ricardo Lagos. Preguntada por los periodistas sobre la “posibilidad de contagio”, Alvear lo descartó.
Pero, como si fueran pocos los problemas que tiene, a Batlle le está estallando un “Watergate”. Según el diario El Observador, el diputado colorado Jorge Barrera distribuyó entre un grupo de senadores copias de una grabación de una conversación telefónica privada entre él y el prosecretario de la presidencia, Leonardo Costa. “Podemos pensar que de la misma forma que grabaron esa conversación, también pueden tener cintas de todos nosotros”, advirtió al diario un legislador que pidió no ser identificado.