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Desde el contundente rechazo contra el denominado plan bonos del entonces ministro de Economía Jorge Remes Lenicov que el Congreso no muestra tanta unanimidad en cuestionar una medida del gobierno. En este caso, la piedra que agitó la interna del peronismo y que incluso llevó a los radicales a pararse en la vereda opuesta a la de Eduardo Duhalde, fue el decreto presidencial que reglamenta la ley de internas abiertas. Durante cerca de cinco horas, unos 70 diputados del PJ intentaron encontrar puntos de acuerdo y así evitar la ruptura de la bancada. Las discrepancias produjeron incluso que fuera postergada para hoy la sesión parlamentaria. En el Senado, los radicales presentaron ayer un proyecto en el que rechazan los cambios introducidos por Duhalde a la ley de internas abiertas a la vez que insisten con el espíritu de la norma aprobada por los legisladores.
La masiva concurrencia de los diputados del justicialismo sorprendió incluso a los propios integrantes de la conducción del bloque. Es que algunos hacía tiempo que no se los veía por el despacho que en el tercer piso del Palacio Legislativo tiene el oficialismo. Tal el caso del tucumano Ricardo Falú, del santiagueño José Figueroa y del porteño Gerardo Conte Grand. Aunque es asidua concurrente a las oficinas del bloque, la presencia de la cordobesa Martha Alarcia no dejó de llamar la atención. Es que precisamente el día anterior había sugerido que estaba prácticamente fuera de la bancada. Así como no hubo diputados que adhirieran al puntano Adolfo Rodríguez Saá, casi todos los menemistas cantaron presente.
La salteña Leila Chaya intentó hacer recapacitar a los duhaldistas sobre la necesidad de modificar el decreto que convoca a internas abiertas. Las objeciones del menemismo se centraban en: la utilización de padrones generales, la posibilidad de que un afiliado a otro partido pudiera votar en la interna y que los partidos que tuvieran lista única fueran exceptuados de los comicios. Cuando Chaya se esforzaba por “mantener launidad” y había recordado todos los esfuerzos hechos por su sector, entre ellos, votar por Duhalde para presidente en la Asamblea Legislativa, desde el fondo del salón, el bonaerense Daniel Basile le gritó “estás mintiendo”. Los dichos de Basile volvieron a reabrir la herida que había dejado la discusión entre los santiagueños. El menemista Pepe Figueroa les comunicó a sus pares que iba a presentar un pedido de intervención a su provincia, porque los 37 detenidos por el atentado a su casa habían recuperado su libertad. Figueroa no ahorró críticas hacia los seguidores del eterno Carlos Juárez y hacia el funcionamiento de la justicia provincial. A los gritos lo cruzó José Pinto Bruchman, quien hizo la defensa de Juárez y también de su mujer Nina Aragonés. Interna santiagueña pero cruzada por el alineamiento con los referentes nacionales.
En el Senado la cosa no fue más tranquila. La principal diferencia radica en que en la Cámara alta, la mayoría de los integrantes del bloque oficialista se alineó contra la medida del Gobierno. En diálogo con Página/12, la santacruceña Cristina Fernández de Kirchner consideró que el decreto que llama a internas abiertas sólo se explica dentro de “la cosmovisión lomense”. O sea una concepción típica de la patria chica. Además de criticar la utilización de padrones generales, la senadora cuestionó la decisión presidencial que le impide a quien pierda la interna ser candidato por fuera de la estructura partidaria. No dudó en señalar que “ése es un corralito político”. Utilizó la frase para reivindicar la capacidad de disentir y hasta de irse de un partido político. Unas horas después de la reunión de la comisión de asuntos constitucionales que preside Kirchner, el radical Eduardo Moro presentó un proyecto de ley en el que se insiste en el rechazo al veto presidencial. Todo indica que la semana que viene ese proyecto será sometido a votación en el recinto.
Pero hoy el riojano Eduardo Menem intentará hacer votar sobre tablas un Proyecto de Ley Aclaratoria, que tiene un solo artículo. En él se precisa que el decreto presidencial debería decir “que quienes voten en las internas de un partido deben ser afiliados o independientes”. Para que se pueda tratar sobre tablas, deberá contar con el respaldo de los dos tercios de los presentes, hecho muy probable. Por lo pronto el próximo martes, el ministro del Interior, Jorge Matzkin, se trasladará al Senado para discutir con la bancada peronista un nuevo borrador de la convocatoria electoral. Los diputados del justicialismo se correrán hasta la Cámara alta y allí podría surgir una nueva norma.