Miércoles, 27 de junio de 2007 | Hoy
EL MUNDO › EL GOBIERNO TOMO POSESION DE LAS DOS PLANTAS QUE LE COMPRO A PETROBRAS
A pesar de la inestabilidad de los funcionarios encargados del sector, Evo Morales avanza con su política de recuperar el control estatal de los recursos naturales de su país. La oposición duda del gerenciamiento estatal y al gobierno le preocupa el abastecimiento y las exportaciones en los próximos tres años.
Por Pablo Ortiz
desde Sucre
Evo Morales dice que ya cumplió su “misión con la patria” al recuperar las refinerías de Valle Hermoso (Cochabamba) y Guillermo Elder (Santa Cruz), que hasta ayer estaban en manos de Petrobras. El Estado boliviano hizo efectivo el primer pago por 56 millones de dólares de los 112 millones acordados con Brasil como precio de ambas refinerías y, con ello, vuelve a controlar el mercado de la refinación y comercialización de naftas y gasoil en su territorio. “Recuperamos lo que hace tiempo fue subastado con nuestros recursos naturales”, dijo Morales, que antes había tomado el control sobre los hidrocarburos dentro de Bolivia con el decreto de nacionalización y los nuevos contratos de exploración y explotación de los hidrocarburos firmados con las empresas transnacionales que trabajan en Bolivia.
Entre ambas plantas cubren el 100 por ciento del mercado de naftas de Bolivia y el 70 por ciento del gasoil y producen una ganancia adicional de más de 60 millones de dólares anuales en exportación de petróleo reconstituido.
La negociación de la compra de las dos refinerías bolivianas tensionó, en mayo pasado, las relaciones entre Bolivia y Brasil, e incluso el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, salió ante los medios para advertir a Evo Morales que no aceptaría ni un centavo menos que lo justo por ambas plantas. Al final, luego de que Morales prohibiera a Petrobras exportar el crudo reconstituido, ésta perdió el interés en las refinerías y accedió a traspasarlas al Estado boliviano por sólo 10 millones de dólares más de los que pagó en 1999.
Bolivia pagó su primera cuota de 56 millones el pasado 11 de junio, pero no había podido acceder a la administración de las plantas porque no contaba con los seguros de operación. El contrato con la empresa aseguradora lo firmó la madrugada de ayer, no sin antes garantizar la continuidad laboral y los sueldos actuales de todos los obreros de Petrobras durante por lo menos por dos años. Los efectivos que el Estado boliviano podrá cambiar serán los ejecutivos. Con esta medida, el Estado boliviano asume las cargas laborales de Petrobras, que administró las refinerías por siete años.
En un comunicado de prensa, el gigante brasileño anuncia su salida del mercado de refinación y distribución de combustibles en Bolivia. Incluso, retirará su marca de las 26 estaciones de servicio que posee en Bolivia, ya que considera que “desde ahora no podrá garantizar la calidad de los carburantes que vende”.
He ahí el primer reto de Bolivia: mantener los estándares alcanzados por Petrobras. Para el ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Carlos Villegas, la compra de las refinerías implica el reto de mantener y mejorar las instalaciones y convertirlas en rentables para el Estado. Otro de sus retos es cubrir la demanda del país y garantizar que no haya desabastecimiento.
Para ello han creado la empresa YPFB Refinación SA. Esta subsidiaria de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos se encargará de la administración de ambas refinerías y de elaborar una política de inversiones y de renovación tecnológica.
Los miedos sobre el fracaso de esta misión son expresados por la oposición. El senador Oscar Ortiz considera que YPFB ha dado señales de debilidad interna y de problemas para formar una estructura calificada que le permita asumir este nuevo reto.
“Es importante que YPFB pueda organizar equipos adecuados de administración, puesto que de las refinerías depende el abastecimiento al mercado interno. Si éstas no funcionan adecuadamente, vamos a tener problemas de escasez en nuestros principales energéticos”, advirtió.
Las palabras de Ortiz se basan en los continuos cambios de autoridades en el área de hidrocarburos que ha tenido el gobierno de Morales. En los 17 meses al frente del gobierno, Morales ha cambiado a un ministro de Hidrocarburos, cuatro presidentes de YPFB y cuatro superintendentes del ramo. Pese a ello, logró nacionalizar el gas y el petróleo y obtener entre el 50 y el 82 por ciento de los ingresos de todas las empresas que trabajan en Bolivia. Además, firmó el contrato de venta de gas a Argentina, que le permitirá, en 2010, obtener más de 4000 millones de dólares anuales de ingreso por ventas de gas a Brasil y Argentina.
Sin embargo, el tema del abastecimiento del mercado interno es algo que preocupa al mismo gobierno. Así lo dejó entrever Alvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia, el fin de semana pasado. En estos momentos, Bolivia tiene lo mínimo necesario para abastecer su mercado interno y cumplir sus actuales contratos con Argentina y Brasil. Es por eso que, cuando ocurre cualquier problema con sus campos de gas, incumple sus compromisos con ambos países. Para García Linera es un contrasentido que un país con la segunda mayor reserva de gas del continente se encuentre al borde de la escasez y sólo encuentra una explicación en la política implementada en 2001 por Jorge Quiroga, ex presidente de Bolivia y principal opositor de Evo Morales, que mediante decreto restringió las obligaciones de inversión en exploración de nuevos campos a las empresas transnacionales.
García Linera informó que Bolivia tendrá problemas de abastecimiento del mercado interno y externo por lo menos tres años más, hasta que la inversión de los contratos firmados en octubre pasado dé sus frutos.
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