Estaba a su lado compartiendo tribuna. El hecho hablaba por sí solo. Aun así, Néstor Kirchner quiso ser más explícito. Por eso le dijo: “Me cuesta decirte vicepresidente, me gusta más decirte gobernador”. La definición del Presidente no sólo ratificaba la confianza del kirchnerismo en la candidatura de Daniel Scioli para gobernar la provincia de Buenos Aires, sino que además relativizaba las versiones periodísticas que lo ubicaban como posible referente de un frente opositor al Gobierno.

La especie se originó después de que se hiciera público que la semana pasada Scioli se había reunido con el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota. En algunos medios periodísticos se había señalado que sectores del peronismo no alineados con el oficialismo habrían deslizado que el vicepresidente podía ser el referente de un espacio antikirchnerista que podría abarcar desde el misionero Ramón Puerta hasta Adolfo Rodríguez Saá y Carlos Menem.

Dando por válida esa versión, Puerta calificó ayer a Scioli como “candidatazo” de ese espacio opositor. Lejos del lugar en el que lo ubicó Puerta, el vicepresidente le dijo a este diario que “si cobrásemos un impuesto al rumor tendríamos el doble de superávit fiscal”.

En el entorno de Scioli destacaban ayer que el respaldo del Presidente fue tan contundente que no ameritaba mayores aclaraciones. “La mejor respuesta a estas versiones son los hechos. Cuando los hechos hablan se terminan las palabras y las operaciones de prensa”, decían. Incluso destacaron que en los últimos tiempos se habían tejido especulaciones similares.

“Hace tres meses dijeron que Scioli volvería a ser candidato por la ciudad de Buenos Aires, porque la candidatura de Daniel Filmus se caía. Después de eso, dijeron que Néstor Kirchner sería el candidato presidencial para octubre, que Cristina Fernández competiría por la gobernación de Buenos Aires y que Daniel quedaba afuera del armado oficialista”, comentó un allegado al vicepresidente.

A la hora de explicar los motivos del surgimiento de las versiones, en el entorno de Scioli no dudan en apuntar al espacio opositor. “No tienen ninguna candidatura a nivel nacional que los aglutine y por eso quieren embarrar la cancha”, explicaban. Para reafirmar sus dichos, señalaron a este diario que tanto en el trayecto de ida como en el de vuelta desde Azul, Kirchner y Scioli conversaron largamente sobre la provincia de Buenos Aires y sobre la campaña electoral. “El Presidente comprometió aumentar su presencia en los actos que se realizarán en Buenos Aires”, subrayaron. Por lo pronto, Kirchner y Scioli compartirán hoy un acto en el Salón Sur de La Rosada.

El legislador porteño Alberto Pérez, alineado con Scioli y miembro del equipo de campaña del vicepresidente, confió ayer que la reunión con De la Sota “se enmarca dentro de los encuentros que mantuvo con otros gobernadores”. Al enumerar esos encuentros, Pérez mencionó los concretados con “Jorge Obeid, Mario Das Neves o Felipe Solá”. También dijo que “como candidato a gobernador por el Frente para la Victoria, Scioli tuvo reuniones con esos gobernadores y también con otros mandatarios extranjeros como el gobernador de Río de Janeiro o el de la región de Piamonte en Italia”. Al repasar el tour que Scioli desarrolló en los últimos meses, Pérez no dudó en afirmar: “Nos estamos preparando para gobernar”.

Más allá de la intencionalidad que los peronistas no encolumnados con Kirchner incorporaron a la versión que lo ubicaba a Scioli al frente de un armado antigubernamental, lo cierto es que el pasado reciente muestra más de un cortocircuito del kirchnerismo con el vicepresidente. Fue la primera dama, Cristina Fernández, la que en una sesión de la Cámara alta le enrostró alentar operaciones periodísticas contra el Gobierno. A esa altura, el Gobierno ya había castigado a Scioli con la separación de uno de sus hombres de la Secretaría de Turismo. El tiempo, que todo lo puede, curó las heridas. El palco que Kirchner, la senadora Fernández de Kirchner y Scioli compartieron ayer en Azul los mostró hermanados.