Después de días de aguantar la respiración, los familiares de los once diputados colombianos asesinados durante su cautiverio recibieron la noticia que estaban esperando. La Cruz Roja anunció que encontró cinco cuerpos y pidió al gobierno de Alvaro Uribe que les dé más tiempo para recuperar el resto de los cadáveres. El mandatario había ordenado suspender las operaciones militares en esa zona hasta mañana para dar tiempo a las FARC de entregar los cuerpos. La respuesta oficial no se hizo esperar. El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, alargó tres días el plazo, aunque advirtió que a partir de mañana los soldados volverán a ocupar sus lugares y a retomar sus tareas de vigilancia en la región.

El primero en cuestionar la respuesta del gobierno fue Angelino Garzón, el gobernador de Valle, departamento de donde eran oriundos los diputados provinciales. “La Cruz Roja es un organismo con mucha experiencia y si requieren seis u ocho días más, el gobierno debería darles garantías”, afirmó el funcionario. La misión de la organización humanitaria y algunos dirigentes colombianos se trasladó a la zona en cuestión –que se mantiene en secreto para evitar cualquier filtración en el proceso– el lunes pasado. “Es un terreno muy duro y difícil de selva densa”, había explicado la Cruz Roja en un comunicado, como advirtiendo que la tarea no sería tan fácil como habían previsto ellos y el gobierno.

Ayer, la organización humanitaria dio otra razón para pedir una extensión del plazo. “Se ha detectado la presencia de otros restos”, afirmaron en un nuevo comunicado y explicaron que llevará tiempo determinar a quién pertenecen. Aunque todo indica que el cadáver que encontraron sería de uno de los once diputados, la Cruz Roja adelantó que también deben realizar todas las pruebas de rigor para estar seguros.

Pero ni el hecho de que todavía falten seis cuerpos ni que podría haber restos de otras víctimas hicieron que el gobierno colombiano cediera y ampliara el plazo más allá de mañana. “Después de cuatro días, uno se pregunta: ¿por qué no han encontrado los cadáveres, 89 días después de ser asesinados? ¿Cómo es posible que llegue la Cruz Roja y esta gente no diga dónde están?”, cuestionó el ministro de Defensa. “Dejen de jugar con el dolor de las familias, que entreguen rápido los cadáveres”, agregó Santos, justificando la decisión de Uribe.

Sólo unas horas atrás, el mandatario también había puesto en duda la credibilidad de la guerrilla al denunciar que el retraso en la entrega de los cuerpos no era más que una estrategia para ganar tiempo. A pesar de las alarmas que quiere prender el gobierno, los familiares de las once víctimas siguen apostando por la Cruz Roja en Cali, donde esperan junto a un grupo internacional de forenses.