El gobierno de Bolivia y la oposición siguen acercando posiciones. Luego de una semana de diálogo y negociaciones, el oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) y el opositor Poder Democrático Social (Podemos) confirmaron ayer su disposición a aprobar el referéndum revocatorio del mandato del presidente Evo Morales, el vicepresidente Alvaro García Linera y los prefectos de los nueve departamentos. Sin embargo, legisladores de ambos partidos no ocultaron diferencias respecto de los cargos que deberían ser sujetos al referéndum y a los porcentajes necesarios para el comicio. Luego de ser aprobado la semana pasada en la Cámara de Diputados, el proyecto de ley se encuentra ahora en Senadores para su revisión y todo apunta a que será modificado y devuelto a la Cámara baja para que el Congreso Nacional lo sancione.

Semanas atrás, los prefectos opositores le habían declarado la guerra al gobierno de Morales proclamando unilateralmente por medio de estatutos la autonomía de sus departamentos y rechazando la nueva constitución aprobada en Asamblea Constituyente. Ayer, en medio de las conversaciones que mantiene con el Palacio Quemado, la oposición arrimó el bochín al proyecto oficialista de revocatoria de mandato.

El recientemente asumido presidente de la Cámara de Senadores, el conservador Oscar Ortiz, de Podemos, consideró prioritaria la aprobación del mencionado referéndum para superar las diferencias, en caso de que no prospere el diálogo entre el gobierno y los prefectos de la denominada Media Luna ampliada. “Como bancada de Podemos apoyamos la solicitud del MAS para la pausa por el diálogo, pero como el senador del MAS, Santos Ramírez, ha solicitado la inmediata aprobación de la ley, no nos vamos a oponer, y vamos a discutirla inmediatamente en las próximas sesiones que realicemos”, afirmó.

No obstante, el legislador opositor anticipó modificaciones. “Es para que la consulta nacional de revocatoria de mandato se realice en igualdad de condiciones”, señaló Ortiz. Podemos, junto a sus aliados de Unidad Nacional (UN) y el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), modificarían la norma para que los prefectos y el presidente sean revocados de su mandato con el 50 por ciento más uno de los votos.

El gobierno había propuesto una fórmula más compleja, basada en la última elección: para que su mandato sea revocado en el plebiscito, la autoridad debería recibir un uno por ciento más de votos en contra de los que había recibido a favor cuando fue elegido. O sea, si había obtenido el 45 por ciento de los votos en las últimas elecciones, un 46 por ciento alcanzaría para destituirlo.

El mandatario y su vicepresidente Alvaro García Linera fueron electos con el apoyo del 53,7 por ciento de apoyo popular, mientras que el respaldo de ninguno de los prefectos sobrepasó el 48 por ciento. Según el MAS, la propuesta opositora del 50 por ciento más un voto para revocar los mandatos favorece a los prefectos y perjudica al jefe de Estado.

Además, la oposición plantea que el proceso revocatorio no debería incluir al vicepresidente –a diferencia de la propuesta oficial– para garantizar la gobernabilidad y la democracia en el país.

El senador oficialista Ramírez, que impulsa el proyecto del MAS, dijo que no acepta los cambios que propone Ortiz, pero la negociación continúa. Aunque la oposición haga gestos, el MAS desconfía. Por eso, la bancada oficialista impulsará la aprobación del referéndum para que los prefectos de Beni, Pando, Tarija y Santa Cruz no se retracten y se sometan a la voluntad del soberano, en caso de que no prospere el diálogo propiciado por el presidente Morales.

“Si rechazan el diálogo quiere decir que tienen otros intereses, por lo que la respuesta la tiene que dar el pueblo a través del referéndum de revocatoria”, aseguró Ramírez.