Lunes, 11 de agosto de 2008 | Hoy
EL MUNDO › EN SANTA CRUZ, EVO PASó DEL 27 AL 40 POR CIENTO
El prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, fue ratificado en el cargo, al igual que los otros prefectos de la Media Luna. En ese bastión opositor, Evo Morales obtuvo un 40 por ciento por el Sí, más que en 2005.
Por Sebastián Ochoa
Desde Santa Cruz
Apenas la televisión dio los resultados, cientos de cruceños fueron a la plaza 24 de Septiembre para festejar. Los que estaban en huelga de hambre volvieron a comer públicamente para celebrar la victoria: Santa Cruz le dijo No al presidente, Evo Morales, y Sí al prefecto, Rubén Costas. Cumplió con su conciencia. Lo que suceda en el resto del país es un detalle para el pueblo elegido por la Autonomía. Ayer en la mañana, Costas dejó su carpa en la plaza, donde cohabitaba con otros 300 huelguistas de hambre, y fue al cuarto oscuro de la escuela Gabriel René Moreno. Salió y pidió “que la gente venga a votar. Pese al acuerdo entre la oposición y el oficialismo. Pese a lo injusto e inconstitucional de este referéndum, animo a la gente para que venga a defender con su voto la democracia”. Costas dijo que los resultados “acelerarán el proceso autonómico en los cuatro departamentos. Ya tenemos nuestros estatutos y leyes preparadas”. Aseguró que en los próximos días se profundizará el “proceso autonómico” para que Santa Cruz administre sus impuestos, tenga su propia policía y leyes aparte. Consideró que ayer el gobierno “totalitario” de Morales tuvo “la resistencia de miles de bolivianos que quieren un país mejor, sin chicote, ni coacción del fundamentalismo aymara”.
El prefecto fue ratificado por el 70 por ciento del electorado, según los primeros datos. Son 23 puntos más que en 2005, cuando fue elegido por el 47 por ciento. En Santa Cruz, el presidente fue revocado por el 60 por ciento de los votos. No obstante, el 40 por ciento de Sí que obtuvo ayer sobrepasa al 27 por ciento que había conseguido en 2005.
La votación fue en gran medida tranquila y custodiada con palos por la Unión Juvenil Cruceñista (UJC). Los vecinos de Plan 3000, que se había opuesto al referéndum autonómico del 4 de mayo, ayer toleraron el acoso de los unionistas que querían devolver gentilezas por las urnas incendiadas hace tres meses. Al mediodía, desde la Casa del Pueblo empezaron a tirar petardos para convocar al barrio. “Vamos a defender con la vida nuestro voto. Se quieren robar y quemar las ánforas porque saben que vamos a votar Sí a Evo y No a Costas. En el Plan está el 13 por ciento del padrón cruceño”, contó a PáginaI12 José Luis Velasco.
Los unionistas se acantonaron ante la escuela Claudina Thevenet, la más grande del Plan. “Nos vienen a provocar, pero hacemos de cuenta que no existen. Queremos votar en paz”, comentó Isabel Rojas. Para evitar peleas, 150 policías inundaron la calle donde hormigueaban los electores. Los de la UJC se sentaron en una plaza cercana, jugaron al fútbol y provocaron con fuegos artificiales a los uniformados. “Cuente que en la plaza están esos sinvergüenzas con pitillos y tragos”, dijo a PáginaI12 un policía que no quiso dejar su nombre.
Anoche, en la plaza central habló la presidenta del Comité Cívico Femenino, Julia Gutiérrez de Parada, esposa del presidente de la Corte Electoral de Santa Cruz, Mario Orlando Parada. “Ya estamos hastiados de ir de referéndum en referéndum, ¡sobre todo de este cochino referéndum de Evo Morales!”, dijo. Dedicó su mensaje a “los Hugo Chávez y sus narcocheques, las Cristinas Fernández alcahuetas, a García Linera y sobre todo a usted, Morales”. La gente se puso a corear un gran argumento: “Ma-ri-cón, ma-ri-cón, ma-ri-cón”.
En esa plaza, 300 personas habían hecho hasta ayer una huelga de hambre para que el gobierno devolviera a las prefecturas el 30 por ciento que les quitó del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH). Con esa suma se creó la Renta Dignidad, que da 30 dólares mensuales a los ancianos. La rabia de los ayunadores alcanzó a la presidenta de Argentina, cuyo consulado está en la plaza. En varios carteles que adornaban sus carpas decían “Cristina cómplice del asesino Evo Morales. ¡No más intrusos, carajo!”, “Cristina: no esclavices bolivianos en Argentina”, o “Cristina chola de Chávez”.
Sobre el escenario, dirigentes cívicos y Costas pidieron a los huelguistas que volvieran a comer: “Tienen que estar fuertes y sanos para luchar por Santa Cruz”, dijo la esposa de Parada. Branko Marinkovic, presidente del Comité Pro Santa Cruz y de los huelguistas de hambre, se hizo el difícil hasta que se lo pidió su gobernador.
Con barba de dos días y cara triste, Marinkovic defenestró el centralismo y presentó a la autonomía como si fuera la panacea. Pidió que “el gobernador y todos nosotros pongamos en marcha esos estatutos que ya están funcionando. Cinco departamentos hemos dicho No a Evo, No a su política y No a su centralismo”.
El alcalde de Santa Cruz, Percy Fernández, había pedido hace días que los militares “tumben” al gobierno de Morales. Ayer dijo: “Este es un momento interesantísimo en la vida de Santa Cruz. Al país lo dejamos de lado, es otra vida. Lástima que no seamos una sola familia”.
A su turno, Costas advirtió al gobierno que “cualquier intento de imponer su ilegal y racista proyecto de Constitución, esa farsa que costó la vida a bolivianos y lleva a la confrontación entre hermanos, los meterá en un callejón sin salida”. Las miles de personas en la plaza le respondieron: “Independencia, independencia, independencia”.
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