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El petróleo huele a sangre
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La huelga general de patronales y sindicatos contra Hugo Chávez entrará hoy en su tercera semana. El gobierno comenzará a importar petróleo para solucionar el desabastecimiento y la oposición dijo ayer que esta semana será la de “la confrontación cívica” para que Chávez renuncie ya, luego de reunir cientos de miles de personas en Caracas pidiendo su salida.
El Nacional (Venezuela)
Al cumplirse una semana del paro, el espíritu del artículo 71 –que valida el derecho que los ciudadanos tienen de convocar un referéndum consultivo– ha terminado por compartirse en el ánimo de la oposición con el del artículo 350 –que valida el derecho a la rebelión, pero que también ha animado más de un impaciente dislate militarista de derecha–. Sectores cada vez más amplios de la desobediencia venezolana han hecho suya esa consigna y, al promoverla, cada quien añade argumentos propios en pro de sus virtudes. Digo esto pensando en la gran cantidad de jerarcas oficialistas que cada día que pasa se inclina por una salida electoral que no los condene a bajar junto con Chávez al noveno círculo de los populistas fracasados.
(Ibsen Martínez)
El Nuevo Herald (Miami)
Según un chiste que ronda en círculos diplomáticos, la crisis de Venezuela no es política ni económica. Es psiquiátrica. En efecto, la retórica incendiaria de Chávez ha logrado aunar en su contra a casi todos los sectores de la sociedad venezolana, haciendo que grupos normalmente antagónicos –como las organizaciones de empresarios y obreros– se unieran en la actual huelga general que está paralizando ese país. Hasta no hace mucho, Chávez era visto como un payaso inofensivo. Las cosas comenzaron a cambiar el año pasado. Los inversionistas –nerviosos– sacaron del país unos 35.000 millones de dólares en los últimos tres años y el número de pobres creció en 2,5 millones desde que Chávez llegó al poder.
(Andrés Oppenheimer)
The New York Times
Cada noche, los venezolanos de clase media salen de sus casas para golpear cacerolas y exigir la renuncia de Chávez. Si yo fuera venezolano, estaría con ellos. Chávez es un demagogo autoritario de izquierda que está hundiendo la economía, manipulando la Constitución y aumentando la brecha entre ricos y pobres. Venezuela estaría mucho mejor si él renunciara. Pero también es el presidente electo y la intervención militar para sacarlo podría disparar luchas armadas. Lo que Latinoamérica necesita es estabilidad, no lo que César Gaviria ofrece como señal: si creen que su presidente es ilegítimo, tomen las calles y exijan un golpe y luego la comunidad internacional arreglará un lindo compromiso.
(Nicholas Kristof)