Otro barco está en camino a Gaza con ayuda humanitaria. Israel salió al cruce y le advirtió que no permitirá que llegue. La comunidad internacional lo mira desde cerca y teme que el gobierno de Benjamín Netanyahu reedite la metodología del lunes en aguas internacionales, que dejó al menos nueve muertos y decenas de heridos.

Se atrasó pero sigue en camino el barco que tenía que encabezar la Flotilla de Libertad. Integraba la flotilla que fue brutalmente atacada por Israel pero se retrasó por problemas técnicos. Sin embargo, a pesar del repudio internacional recogido por el asalto del lunes, el gobierno israelí anunció que no permitirá el paso. “Estamos preparados para el ‘Rachel Corrie’”, advirtió en referencia al navío irlandés el viceministro de Defensa israelí, Matan Vilnaí. Once activistas van a bordo del buque que zarpó el pasado 26 de mayo y lleva el nombre de una estadounidense muerta hace siete años, tras ser aplastada por una excavadora militar israelí.

Mientras va en aumento la preocupación por la suerte que correrá el “Rachel Corrie”, siguen sonando las repercusiones por la represión israelí. Con un ritmo marcado por los Estados Unidos, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenó tibiamente el ataque sin poner el foco sobre Israel. En una declaración, los países miembro pidieron la liberación de las embarcaciones y de las personas detenidas por Israel. Además, ese órgano le pidió que permitiera el acceso consular para repatriar a los asesinados y heridos y que se realizara una investigación rápida, imparcial y creíble. Aunque bastante tímidamente, los Estados definieron la situación en Gaza como insostenible y pidieron el fin del bloqueo. Turquía, Líbano y la Autoridad Palestina habían pedido que el Consejo emitiera una resolución de condena y no una declaración no vinculante, como finalmente se hizo. Durante la redacción, los mayores chispazos se dieron entre Estados Unidos y Turquía, de donde provenían tres de las seis embarcaciones que integraban la Flotilla de la Libertad.

Israel rápidamente salió a contestar la declaración de la ONU. “Es precipitada, ni siquiera se ha dado un tiempo de reflexión para considerar todos los hechos”, protestó Yigal Palmor, portavoz del Ministerio de Exteriores. “Constituye una gesticulación automática basada en determinadas imágenes televisivas y no en un conocimiento de los hechos, además de una dosis impresionante de hipocresía”, repudió el vocero. El primer ministro Benjamin Netanyahu reconoció la presión internacional y las críticas a su administración, pero afirmó que su política es crucial para preservar la seguridad de Israel. “Abrir una ruta naval a Gaza presentaría un enorme peligro para la seguridad de nuestros ciudadanos. Por ello, mantendremos firme el bloqueo naval e inspeccionaremos los barcos que entren”, dijo ya de regreso en Tel Aviv, tras suspender una reunión pautada con Barack Obama.

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) también le generó un mal rato al gobierno de Netanyahu. En un consejo extraordinario de embajadores convocado por Ankara, la alianza exigió la inmediata liberación de los civiles detenidos y de los barcos retenidos. Las declaraciones de la OTAN y de la ONU no fueron muy diferentes ni demasiado enérgicas.

Por su parte, Egipto decidió abrir el único paso fronterizo con la Franja de Gaza que no está bajo control israelí. Por allí podrán pasar personas y la ayuda humanitaria para el pueblo palestino. El gobierno de Hosni Mubarak se resiste a reabrir la frontera de forma definitiva hasta que Hamas y Al Fatah no pacten un acuerdo de reconciliación. La Cancillería egipcia había pedido el lunes el levantamiento inmediato del bloqueo.

La jornada de ayer también arrojó víctimas fatales, lo que eleva aún más la tensión en Medio Oriente. El ejército israelí mató a dos milicianos palestinos cuando intentaban infiltrarse, según informó el ejército. Otros tres fueron alcanzados por un misil tierra-aire.

En la madrugada del lunes, comandos navales tomaron por asalto los barcos que pretendían llevar provisiones a la Franja de Gaza, sobre la que desde 2007 pesa el bloqueo israelí. Al menos nueve muertos y entre 30 y 60 serían los heridos. Sin embargo, el hermetismo militar israelí no permite corroborar las cifras ni las nacionalidades de las víctimas. Otras fuentes suben las bajas a 19, mientras que Turquía hizo saber que cuatro de los muertos son ciudadanos de ese país. El mismo Israel reconoció haber detenido a 679 personas, de las cuales cerca de 50 abandonaron el país “voluntariamente”, tras firmar unos documentos proporcionados por las autoridades israelíes. Otros cientos de activistas que se negaron a cooperar siguen aún detenidos, pero el gobierno de Netanyahu prometió que los deportará en las próximas horas.