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El presidente saliente de Colombia, Alvaro Uribe, y la senadora opositora Piedad Córdoba volvieron a protagonizar un enfrentamiento a raíz de una denuncia sobre la existencia de una fosa común con miles de cuerpos en el Sur de Colombia.

El jefe de Estado tildó de “voceros del terrorismo” que buscan “desacreditar a la fuerza pública” a dos legisladores de oposición, la mencionada Córdoba e Iván Cepeda, que forman parte del colectivo “Colombianos y colombianas por la paz”, una ONG que propugna una salida negociada para el conflicto en el país.

Uribe, cuyo mandato terminará el 7 de agosto, se refería a una denuncia formulada por ambos legisladores opositores y otros activistas por los derechos humanos que han pedido investigar si cerca de una unidad militar en La Macarena existe una fosa con miles de cuerpos. La Macarena, un antiguo fortín de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fue “recuperada” por las tropas gubernamentales en los últimos ocho años de mandato de Uribe, según el Ejecutivo.

Las autoridades han negado violaciones a los derechos humanos en relación con la denuncia de Córdoba y Cepeda. Uribe, quien visitó ayer La Macarena, agradeció a los militares y los policías por haber aplicado su política de “seguridad democrática”, y dijo que la “victoria final” contra los grupos ilegales está cerca.