EL MUNDO
Altas y bajas
Cuatro soldados estadounidenses resultaron heridos ayer cuando un desconocido tiró una bolsa con explosivos a una caravana militar que se dirigía al aeropuerto de Bagdad. El agresor pudo escapar. Además, un grupo de soldados estadounidenses mató a una mujer que, según el Comando Central norteamericano (Centcom), los estaba atacando con granadas cerca de Bagdad. Mientras, los iraquíes que servían en el ejército de Irak, disuelto la semana pasada, amenazaron con realizar atentados si no se regulariza su situación. El viernes pasado, el administrador civil norteamericano en Irak, Paul Bremer, anunció la disolución del ejército iraquí para formar una nueva fuerza en la que no estarán los miembros del Baaz, el partido de Saddam. El Ejército tenía unos 400.000 hombres, que a partir de esta decisión se quedaron sin salario. “Somos militares acostumbrados al combate y tenemos candidatos al martirio”, amenazó ayer el teniente coronel Ziad Jalaf. Pero un vocero norteamericano afirmó que todos los militares recibirían un sueldo, salvo los oficiales superiores que hubiesen pertenecido al Baaz. “No vamos a pagarles”, insistió el director de la Oficina de Reconstrucción y de Ayuda Humanitaria Jay Garner. “Tendrán que buscar un trabajo.”