El último cargamento de armas químicas declaradas por el gobierno sirio, que serán destruidas en el marco de un acuerdo auspiciado por Rusia y Estados Unidos, salió ayer del país, informaron la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) y el gobierno sirio. El hito llega en un momento extremadamente crítico en Medio Oriente, luego de que Israel bombardeara ayer Siria en respuesta a un ataque ocurrido el domingo en los Altos del Golán y en medio de una ofensiva de extremistas sunnitas en Irak, que según el gobierno iraquí han estado transfiriendo armas a sus aliados en Siria. La crisis está en su cuarto año, y ya dejó más de 150.000 muertos, según cifras extraoficiales, y millones de refugiados o desplazados, de acuerdo con lo informado por la ONU. “Vamos a seguir siempre verdaderamente consternados por el nivel de muerte y destrucción que continúa consumiendo a Siria, no obstante la remoción de estas armas”, dijo el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, de visita en Bagdad.