La presidenta Michelle Bachelet anunció sus planes para elaborar una nueva constitución con el fin de eliminar cualquier resquicio legal de la dictadura. “En septiembre, mes de la patria, daremos inicio al proceso constituyente abierto a la ciudadanía, que deberá desembocar en la nueva carta fundamental, plenamente democrática y ciudadana que todos nos merecemos”, recalcó la jefa de Estado. Esta iniciativa, la más importante del programa con el que Bachelet fue reelegida en 2013, será el colofón de una profunda reforma política para acabar con “las irregularidades, la corrupción y las faltas a la ética”. La presidenta subrayó que la participación popular en la elaboración de la nueva carta magna –uno de los aspectos que más debate suscitó– se realizará a través de diálogos, debates, consultas y cabildos. “La reforma constitucional será uno de los hitos que marcará el legado de mi gobierno, y la voy a conducir personalmente, con toda mi energía y sin temor. Actos y decisiones como éste nos permitirán escribir la historia del Chile del futuro”, afirmó la presidenta. Aprobada en un cuestionado plebiscito, la Constitución legada por el ex dictador Augusto Pinochet sufrió algunas modificaciones desde la vuelta de la democracia, pero hasta ahora no se había planteado ninguna iniciativa para erradicarla completamente. Desde la oposición de derecha rechazaron el anuncio. “Esperábamos ver con claridad una hoja de ruta respecto a la agenda de probidad y transparencia; sin embargo, el gobierno decidió eclipsarlo todo y ahora estamos debatiendo acerca de un proceso constituyente que no sabemos muy bien de qué se va a tratar”, afirmó el secretario general de la Unión Democrática Independiente (UDI), Guillermo Ramírez.