EL MUNDO › COMO URIBE LOGRO UN 52 POR CIENTO DE ADHESIONES EN UN MES

Un ascenso ayudado por la violencia

Alvaro Uribe Vélez es el candidato favorito a las presidenciales del 26 de mayo en Colombia, con un holgado 52 por ciento de las intenciones de voto. La prensa de su país sostiene que su éxito se debe a que siempre ha mantenido un mismo discurso de campaña: mano dura con las FARC. “Desde el inicio del proceso de paz que el presidente Andrés Pastrana comenzó con la guerrilla, Alvaro Uribe mantuvo su oposición a éste y planteó una política de seguridad”, dijo a Página/12 Edwin Gutiérrez, editor de política del noticiero de RCN, “mientras que los otros candidatos –Horacio Serpa (liberal) y Noemí Sanín (conservadora)– apoyaban la negociación”.
A medida que fue agotándose el proceso de negociación, y luego al romperse toda posibilidad de diálogo entre el gobierno y la principal guerrilla colombiana el pasado 20 de enero, Uribe fue ganando terreno. Cuando Uribe decidió salir del tradicional Partido Liberal y formar su propio movimiento Primero Colombia, no ofrecía amenaza a su antes compañero de partido, Horacio Serpa, quien hasta diciembre era el favorito (un 35 por ciento) mientras Uribe arrancaba tercero (con un 2 por ciento) detrás de Noemí Sanín. “El decide hacer su disidencia porque todo estaba preparado para que Horacio Serpa fuera el único candidato liberal y no había consulta interna”, explicó a este diario Luis Castelar, editor de política del diario El Universal. Castelar dice que al principio “Uribe era un candidato con pocas opciones pero que fue ganando votos por la situación misma del conflicto armado del país, porque el discurso de Uribe se centra en la autoridad”.
El pasado de Uribe es polémico, ya que muchos lo señalan como propulsor de las autodefensas paramilitares. Eso vino de su gestión como gobernador de la provincia de Antioquia (1995-1997). En su modelo de Estado comunitario creó las cooperativas conocidas como Convivir, unas asociaciones de vigilancia rural para impedir asaltos terroristas, acusadas por Naciones Unidas de haberse convertido en escuadrones de la muerte. “Se convirtieron en autodefensas y aplicaron acciones de exterminio contra la izquierda”, señaló el editor político Rafael Sarmiento, del periódico El Heraldo, quien agrega que “la propuesta de Uribe es golpear duro a la guerrilla, porque él cree que la seguridad del estado no puede basarse en el ejército y propone armar a un millón de ciudadanos”.
Esta semana la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Mary Robinson, advirtió su preocupación porque el candidato colombiano propuso armar a la sociedad civil. Mientras tanto, los extremos presionan: los paramilitares fomentan el voto por Uribe, y las FARC coaccionan para impedirlo: el diario El Tiempo publicó denuncias de pobladores de Villeta que fueron forzados a firmar un compromiso de no votarlo. Además, Uribe fue blanco de un ataque dinamitero de las FARC del que salió ileso el domingo pasado, cuando se encontraba de gira electoral por Barranquilla.

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