EL MUNDO
Marcha contra la violencia
Más de 500 personas marcharon ayer para pedir el fin de los disturbios de estos últimos días en Aulnay-sous-Bois, uno de los barrios más castigados por los choques nocturnos entre pandilleros y policías en los suburbios del norte de París. Con el alcalde neogaullista Gerard Gaudron a la cabeza, los manifestantes cantaron el himno nacional y marcharon con pancartas de “No a la violencia, sí al diálogo” hasta una residencia de ancianos que había sido objetivo de un ataque de los vándalos, para dirigirse luego a un cuartel de la policía que había sido incendiado. “Queremos demostrar que no cedemos ante la violencia”, dijo Gaudron. “Las leyes de la república deben tener vigencia en todas partes”, agregó. Por su parte, Concepción, una venezolana de 45 años que habita en la zona, dijo: “No comparto esta manera violenta de protestar: queman nuestros autos, nuestras escuelas, terrenos deportivos, lo poco que tenemos. Así no vamos a cambiar nada, como siempre terminamos peleándonos entre los pobres”. Los bomberos, quienes fueron atacados en varias oportunidades incluso con disparos de armas de fuego, se sumaron también a la marcha con tres de sus autobombas semidestruidas junto a manifestantes de todas las edades y orígenes.