La ciudad de La Paz, sede del Ejecutivo de Bolivia, y la de Tiahuanacu, las ruinas de un centro de la mayor cultura de los Andes sudamericanos, alistan sus mejores galas para los actos de investidura del líder indígena Evo Morales, que el domingo asumirá oficialmente las riendas del país. A cuatro días de los actos de transmisión de mando, que constará de tres actos distintos, la alcaldía de La Paz daba los últimos toques a una serie de obras de embellecimiento, que implican una puesta a punto de la histórica Plaza Murillo, a cuyos costados se alzan los palacios Quemado y Legislativo, la Catedral Metropolitana y la Cancillería de la República.

El alcalde Juan del Granado inspeccionó ayer las obras en la Plaza de Armas y en diversos parques y paseos, donde trabajan incansablemente decenas de cuadrillas de trabajadores. Sin embargo, las tareas en edificios públicos tropezaron ayer con la oposición de un grupo de familiares de muertos y heridos de un choque armado de hace casi tres años entre militares y policías rebeldes en la Plaza Murillo, que dejó un saldo de 13 muertos. El grupo se opone a que las paredes de un edificio del entorno, aún perforadas y marcadas por disparos, sean restauradas. María Calcina, dirigente de la organización, se dijo a punto de declararse en huelga de hambre si proseguían las obras. “Nadie nos va hacer retroceder. Esas paredes son la única prueba de la masacre”, dijo.

Las tareas de restauración también se intensificaron en la Plaza de los Héroes, aledaña a una imponente iglesia del mismo nombre, donde Morales tiene previsto presidir una ceremonia popular el domingo a la tarde después de jurar como presidente. Asimismo, a 70 kilómetros de La Paz y a 3800 metros de altitud, en la ciudad de Tiahuanacu, también se ultimaban detalles ornamentales para el rito andino que se llevará a cabo el sábado, un día antes de la asunción oficial. Los pocos hoteles en esa ciudad aymara habían colmado ya sus capacidades, dando alojamiento a un millar de periodistas locales y extranjeros que cubrirán la esperada asunción del primer presidente indígena boliviano.