“Por ahora.” Estas dos palabras mágicas le consiguieron al fanático del béisbol Hugo Chávez su pase a las grandes ligas de la política venezolana. Con su carisma y poder de comunicación cautivó al público desde la primera vez que apareció en la televisión, esa noche del 4 de febrero de 1992, cuando prisionero tras su fracasado golpe militar contra el presidente Carlos Andrés Pérez asumió la responsabilidad de lo ocurrido y se reservó el futuro con ese premonitorio “por ahora, no logramos nuestros objetivos”. Si bien Chávez asegura no haberse dado cuenta de las palabras pronunciadas, su mensaje le significó la adhesión de numerosos simpatizantes a su causa, que lo catapultaron a la presidencia de Venezuela seis años después, cargo para el cual fue reelegido ayer.

El camino hacia el sillón presidencial fue largo y casi se diría inesperado. De joven, Chávez soñaba con ser un importante jugador de béisbol. Pero no era ese estrellato el que le deparaba el futuro. Si bien su éxito político comenzó –paradójicamente– en 1992 con el frustrado golpe militar, la militancia política de Chávez había comenzado muchos años antes. Ingresó a la Academia Militar de Venezuela, donde se recibió como Licenciado en Ciencias y Artes Militares en el área de Ingeniería. Siendo militar fundó en 1982 el partido MBR200 (Movimiento Bolivariano Revolucionario), que fue la antesala del actual MVR (Movimiento V República). Encarcelado y sometido a juicio por el intento de golpe, recibió un perdón en 1994 del presidente Rafael Caldera e inició lo que llamó una “peregrinación por el desierto” en busca de votos.

En diciembre de 1998 se presentó por primera vez a elecciones y, tras obtener la victoria con el 56 por ciento de los votos válidos, tomó posesión del cargo en febrero de 1999. Al poco tiempo de asumir se realizó una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución, que fue aprobada por referéndum popular en diciembre de ese año. Para legitimarse bajo la nueva Carta Magna, llamó a elecciones en julio de 2000, que volvió a ganar con casi el 60 por ciento de los votos.

Estos ocho años al frente del país no le han sido fáciles. Tuvo que superar varios escollos, entre ellos un golpe de Estado, el 11 de abril de 2002; un paro petrolero desde diciembre de ese año hasta febrero del siguiente y un referéndum revocatorio en agosto de 2004. El plebiscito fue exigido por la oposición después de sus intentos frustrados de sacar a Chávez del poder por la fuerza. Esta vez, el pueblo venezolano ratificó la permanencia del líder bolivariano con el 58 por ciento de votos.

Divorciado dos veces y con cuatro hijos, Chávez mantiene una íntima amistad con el líder cubano Fidel Castro, a quien dice admirar. “Es como el padre de todos los revolucionarios de nuestra América, es el faro que ilumina los caminos”, dijo en uno de sus discursos, que a menudo se prolongan por varias horas a semejanza de los de Fidel. Ex monaguillo y con intenciones juveniles de ser sacerdote, Chávez pregona un nuevo socialismo para el siglo XXI inspirado en los clásicos marxistas y en los evangelios. “Jesucristo fue el primer socialista y Judas el primer capitalista”, predica el ex teniente coronel de 52 años.

Informe: Virginia Scardamaglia.