EL MUNDO
El juego del gato y el ratón
Saddam Hussein advirtió a EE.UU. sobre las consecuencias de un ataque contra su país, en un discurso transmitido ayer a todo el mundo árabe en el que no ofreció señal de su disposición a hacer concesiones para evitar una confrontación militar. Tampoco dio respuesta al pedido de la ONU para que permita nuevos controles de armamento, pero le exigió a ese organismo que cumpla con sus obligaciones. El mensaje duró 22 minutos, en los que Hussein sostuvo que un enfrentamiento militar con su país terminaría en una “vergonzosa derrota” del enemigo y aconsejó a los soldados norteamericanos que “lleven sus ataúdes sobre los hombros” cuando entren en Irak. La Casa Blanca señaló que sus palabras eran una “fanfarronada”. Hussein, en el discurso a propósito del 14 aniversario del fin de la guerra con Irán (1980-88), no mencionó la demanda de que su país readmita a los inspectores de armamento; en cambio, se quejó de la falta de reacción de la ONU a sus exigencias: finalizar las sanciones internacionales y levantar las zonas de exclusión aérea en Irak.