EL MUNDO › EL CONGRESO DE EE.UU. LO ACUSO DE GATILLO FACIL

Blackwater, el charco podrido

 Por Yolanda Monge *
desde Washington

Los empleados de Blackwater en Irak son de gatillo fácil, imprudentes, indiferentes a las vidas de los iraquíes y en la mayoría de las ocasiones han realizado sus ataques desde coches en marcha sin pararse para contar los muertos o informar de los heridos, según un informe del Congreso de Estados Unidos. Justo un día después de que se hiciera público el dossier, un comité de la Cámara investigaba ayer si el Departamento de Estado ha actuado como encubridor de actividades delictivas e incluso criminales de Blackwater en el país árabe.

En al menos dos ocasiones, la empresa de seguridad pagó a familiares de víctimas y trató de encubrir otros episodios, se asegura en el informe. En él se informa que funcionarios del Departamento de Estado aprobaron los pagos con el objetivo de silenciar los tiroteos. Especialmente escandalosa es la velocidad con la que fue sacado de Irak, a finales del año pasado, en menos de 36 horas, uno de los empleados de Blackwater después de que, borracho, matara a uno de los guardaespaldas de uno de los dos vicepresidentes iraquíes en la noche de Navidad. Blackwater compensó a la familia del guardaespaldas con un cheque de 15.000 dólares. El presidente de Blackwater, Erik Prince, defendía ayer ante el Congreso su labor. Los congresistas analizaron el incidente del 16 de septiembre en Bagdad, en el que murieron 11 civiles iraquíes a manos de empleados de esta empresa basada en Carolina del Norte. Prince dijo que las acusaciones vertidas sobre su compañía eran “alegaciones negativas y sin fundamento”. Según su versión de los hechos, aquel día los contratistas respondieron a un ataque con fusiles AK-47 recibido después de que un terrorista suicida detonara un coche bomba. “Los medios han decidido que Blackwater es culpable”, añadió. Para el máximo responsable de la empresa de seguridad privada, la labor de su compañía ha sido un éxito. “Ningún individuo protegido por Blackwater ha resultado herido o ha sido asesinado”, comentó.

Entre los clientes se encuentran miembros del gobierno y del Congreso de Estados Unidos. “Además, las áreas de Irak en las que trabajamos son muy difíciles y peligrosas”, añadió. Después de la muerte de los 11 civiles, el gobierno iraquí exigió la salida del país de esta empresa. El FBI anunció el lunes que enviará agentes a investigar el incidente. Sólo entre 2004 y 2006, el Departamento de Estado ha pagado un total de 832 millones a cambio de los servicios de Blackwater.

Los empleados de Blackwater actúan, según el informe del Congreso, como cowboys. “¿Estamos pagando mucho por recibir muy poco?”, se preguntaba el lunes el presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, Henry Waxman. Este político demócrata difundió el informe, en el que se detalla cómo los contratistas de Blackwater han empleado la fuerza contra civiles en numerosas ocasiones. En total, los empleados de Blackwater se han visto envueltos en 195 tiroteos desde 2005. Según este informe, el 80 por ciento de las veces los contratistas dispararon primero. El contrato con el Departamento de Estado asegura que sólo pueden abrir fuego “si se encuentran en peligro inminente y grave”. La empresa también ha tomado medidas y ha investigado a sus empleados. En los últimos tres años ha habido 122 despidos, sobre todo por asuntos relacionados con abuso de alcohol y drogas. Unos 1000 mercenarios a sueldo de Blackwater imponen su ley hoy día en Irak.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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