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Por L.E.

El mundo se está quedando sin agua potable. La población mundial crece cada vez más y está cada vez más sedienta, lo que hace que el agua fresca esté convirtiéndose en un bien escaso. La mitad de las zonas donde se puede extraer agua en todo el mundo han desaparecido en el último siglo, mientras las estimaciones actuales indican que el uso de agua crecerá un 50 por ciento en los próximos 30 años. El informe del Banco Mundial estima que la mitad de la población mundial, concentrada en Africa, Medio Oriente y el sur de Asia, enfrentará “severas restricciones de agua” hacia el 2025. “Están apareciendo en algunas regiones conflictos locales por el agua y falta de ecosistemas con agua potable”.
Puede trazarse un cuadro similar sobre las regiones del globo con agua salada. Tres cuartas partes de la población mundial vivirá, hacia 2025, a menos de 100 kilómetros del mar, lo que presionará aún más en términos ambientales a los ya contaminados ecosistemas costeros. Según el Banco Mundial, dos tercios de las reservas ictícolas están siendo explotadas al tope o más allá de sus límites razonables, y la mitad de los arrecifes de corales y el 34 por ciento de las especies de peces están bajo riesgo por la actividad humana. El informe concluye que ya hay una amplia evidencia que justifica una acción coordinada e inmediata para salvar las reservas de agua y para darle a la que hay un uso más eficiente. “El consumo de agua potable está creciendo rápidamente, y es probable que la disponibilidad de agua en algunas regiones sea uno de los puntos más difíciles de abordar en el siglo XXI”. Un tercio de la población mundial vive en países que tienen restricciones de agua de moderada a alta. “Esta proporción podría trepar a la mitad o más en los próximos 30 años, a menos que las instituciones encargadas de regular el sector cambien para asegurar una mejor ubicación y conservación del agua”. China es uno de los países donde las perspectivas son peores.