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“No es el momento para tratar el tema de la Corte, se politiza”

El presidente Eduardo Duhalde dio ayer la señal que faltaba para sincerar su decisión de sepultar el juicio político a la Corte Suprema. Sus palabras coincidieron con la decisión del bloque oficialista.

 Por Felipe Yapur

Cerrado el acuerdo interno del justicialismo de garantizar la impunidad para los nueve jueces de la Corte Suprema, que se tradujo en la convocatoria a una sesión especial para el próximo jueves, fue el propio Eduardo Duhalde el encargado de enviar el mensaje a los supremos: “Es un tema muy delicado. Mi opinión es que en medio de una campaña electoral, como la que estamos, no es el momento, me parece a mí, para analizar con objetividad estos temas. Todo se politiza y eso es muy malo”. Dicho esto, los diputados del PJ comenzaron a trabajar para conseguir que el radicalismo cambie su posición. Por ahora no tuvieron éxito, pero hay tiempo.
El martes y el miércoles el bloque de diputados oficialista mantuvo reuniones para debatir el caso de la Corte. Sin embargo, todo indica que no fue más que una puesta en escena. El lunes por la tarde el acuerdo interno ya se había cerrado. El fallo de la Corte que declaró la inconstitucionalidad del recorte del 13 por ciento a los sueldos estatales precipitó el acuerdo. El “convincente” argumento que los duhaldistas utilizaron era uno sólo: “Si los jueces sacan un fallo como el de la pesificación terminan con el sistema financiero, pero también con el gobierno y, sobre todo, con todos ustedes”. Y las dudas terminaron.
Los únicos que quedaron fuera del acuerdo son los quince que integran el grupo Talcahuano donde militan varios seguidores del gobernador santacruceño Néstor Kirchner. “Se pretende garantizar la impunidad para la Corte y no queremos ser cómplices”, repite a diario el presidente de la Comisión de Juicio Político, el peronista Sergio Acevedo. Su rechazo permanente a la sesión especial durante las reuniones de bloque resultó infructuoso cuando el resto de las líneas internas se alinearon desechando todos y cada uno de sus argumentos.
Los más contentos, sin duda, son los menemistas que consideran un éxito propio el pedido de sesión especial que no sólo lleva la firma de ellos sino que además cuenta con las rúbricas de la mesa directiva del bloque. En la solicitud, que ingresó por mesa de entradas a las 14.10 de ayer, tiene como primer firma la de los delasotistas Humberto Roggero y Carlos Alessandri. El sector que responde a Adolfo Rodríguez Saá estuvo representado por José Mirabile. Los reutemistas no estuvieron ausentes al aportar el apoyo de la santafesina Irma Foresi.
Los duhaldistas que acompañaron el pedido fueron Miguel Saredi y Mirta Rubini, dos diputados de segunda línea y que, como dato anecdótico, responden directamente a las órdenes del presidente de la Cámara baja, Eduardo Camaño, quien se transformó desde hace tres meses en el principal operador de la desactivación del juicio a la Corte.
El pedido de sesión especial se produjo poco después de que el propio Duhalde se encargara de anunciar públicamente su decisión de bajarle el pulgar al dictamen acusatorio. No lo hizo de manera directa, prefirió hacer referencia a que “no es el momento” para resolver un caso como éste. Con esta frase dejó pagando a uno de sus principales hombres en la Cámara baja como José María Díaz Bancalari. El legislador de San Nicolás había expresado en reiteradas oportunidades que, “si estamos en medio de la laguna, no podemos volver a la orilla sin ningún pato”. Ayer, Bancalari desapareció temprano de su despacho evitando a los periodistas, mojado hasta la cintura y con la bolsa para presas totalmente vacía.
“Por fin Duhalde dejó de cometer errores”, dijeron los menemistas cuando escucharon la frase del Presidente. Esto no significa un acercamiento, sino simplemente un acuerdo necesario que busca poner fin a la beligerancia entre ambos sectores que durante una década fueron socios. Ahora en el peronismo resta resolver otro dilema: las eleccionesinternas y el logro conseguido ayer significó para algunos diputados un buen comienzo para desatar la madeja de la elección interna partidaria.
Resuelto el intríngulis partidario, el siguiente paso del justicialismo en Diputados es conseguir quórum para la sesión especial del jueves. Ya cuentan con el sí de los bloques de partidos provinciales. Es importante pero no suficiente. El menemismo le puso el ojo al radicalismo. Ya ven fisuras en el bloque de la UCR fruto de la interna que subyace entre ellos que se agudizó a partir de la huida de Fernando de la Rúa del gobierno.
Sin embargo, legisladores de la mesa del bloque radical aseguraron ayer a este diario que la posición de no contribuir al quórum se mantiene firme. “Es una decisión institucional que tomó el partido y no sólo el bloque. Sólo estaremos en las bancas si está segura la destitución de la Corte”, afirman. Reconocen que puede haber alguno que otro legislador proclive a bajar al recinto y acompañar la posición justicialista, pero sostienen que “son una escasa minoría que no llega siquiera a la decena”. Lo que no descartan es el comienzo de una serie de aprietes por parte del Ejecutivo a los gobernadores radicales.

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Duhaldistas y menemistas coincidieron en clausurar el proceso de juicio político a la Corte.
 
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