Miércoles, 12 de marzo de 2008 | Hoy
EL PAíS › LOS VIAJES QUE TIENE EN CARPETA LA PRESIDENTA CRISTINA KIRCHNER
El pronóstico era que el protagonismo internacional diferenciaría el gobierno de Cristina Fernández del de su marido. Algo de eso se vio en la reciente Cumbre del Grupo Río. En los próximos viajes, la Presidenta privilegiará Europa.
Por Daniel Miguez
El pronóstico era que uno de los pocos cambios que iban a diferenciar el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner del de Néstor Kirchner era el de un mayor protagonismo internacional. Y está a la vista. No sólo por los viajes ya hechos y los programados o los visitantes que llegarán a la Casa Rosada, sino por el nivel de involucramiento de la Presidenta en las relaciones exteriores. Como ejemplo, reciente, el modo de intervenir en el conflicto entre Colombia, Ecuador y Venezuela mostró a una Cristina Fernández activa en ese plano y es un anuncio de lo que vendrá.
En los tres meses de gestión la Presidenta privilegió lo regional. Fue a Uruguay para asumir la presidencia pro témpore del Mercosur, visitó a Luiz Inácio Lula da Silva para reafirmar la alianza estratégica con Brasil y, una y otra vez, tras el pedido del presidente francés Nicolas Sarkozy para que interviniera, insistió por la liberación de Ingrid Betancourt, secuestrada en la selva colombiana por las FARC.
Pero su actuación más decidida fue ante el peligro de una escalada de agresiones entre Colombia, Ecuador y Venezuela que pudiera terminar en guerra. Tras acordar con Lula, la chilena Michelle Bachelet y el mexicano Felipe Calderón, posiciones comunes, la Presidenta tuvo tres intervenciones fuertes: primero habló personalmente con el ecuatoriano Rafael Correa en Caracas y, a la vez que le manifestó apoyo y solidaridad, lo exhortó a no tener expectativas desmedidas respecto a la actitud de Alvaro Uribe.
Para CKF una disculpa clara del colombiano y la promesa de no volver a incurrir en abusos semejantes debían satisfacer a Correa, para que no peligrara la paz regional. Al día siguiente, en la misma ciudad, se reunió con Hugo Chávez durante más de una hora. Y no hablaron precisamente de los acuerdos comerciales bilaterales que iban a firmar. El tema único fue, obviamente, la crisis en el Caribe. Y allí, según pudo averiguar Página/12, le pidió al presidente venezolano que evite entrar en el juego de provocaciones si las llegara a haber y menos aún que las generara él.
La Presidenta partió hacia Haití a visitar a los Cascos Azules que cumplen allí una misión humanitaria, sin la certeza total de que su sugerencia hubiera hecho efecto en Chávez. Pero la respuesta la tuvo al día siguiente en Santo Domingo, durante la crucial Cumbre del Grupo Río, de dimensión insospechada una semana antes, cuando Colombia aún no había bombardeado territorio ecuatoriano para matar a guerrilleros de las FARC, con Raúl Reyes a la cabeza.
En ese escenario la Presidenta observó con cierto alivio a un Chávez apaciguado y también percibió, como después de los duros cruces de Uribe y Correa, su intervención y la del anfitrión, el presidente dominicano, Leonel Fernández, en alguna medida ayudaron a encaminar la discusión en otros términos.
CFK regresó a Buenos Aires “muy satisfecha” y personalmente fortalecida por los resultados de su participación ante el conflicto y en la Cumbre, según evaluaron a Página/12 funcionarios de su entorno más cercano.
A partir de ahora y hasta mitad de año su agenda internacional se centrará en Europa, aunque aún puede que en ese período haga alguna que otra incursión latinoamericana (seguramente irá en mayo a Lima si se hace la Cumbre Mercosur-Unión Europea), además de la muy posible visita en junio del mexicano Calderón, formalmente invitado en la bilateral que tuvieron después de la Cumbre del Grupo Río.
La Presidenta primero cruzará el Atlántico rumbo a Londres para participar del Foro de Líderes Progresistas, invitada por el premier británico, Gordon Brown, en su rol de presidente del Partido Laborista. El encuentro será de dos días, el 4 y 5 de abril, y se debatirá sobre cuatro ejes temáticos: la pobreza global, el cambio climático, la globalización y la interacción entre gobiernos. Al encuentro fueron invitados 14 jefes de Estado, cuatro de ellos de Latinoamérica: CFK, Lula, Bachelet y el uruguayo Tabaré Vázquez.
La Presidenta llegará a Londres dos días después de un nuevo aniversario de la guerra de las Malvinas y aunque no se trate en rigor de una reunión de jefes de Estado, es probable que le mencione a Brown la posibilidad de retomar el diálogo sobre el tema el ríspido tema. En su mensaje del 1º de marzo ante la Asamblea Legislativa, la Presidenta se refirió expresamente al reclamo a Gran Bretaña para que los familiares de los caídos en Malvinas puedan ir a las islas en avión para la inauguración del monumento a sus deudos.
Kirchner ya había participado de este foro en 2003 invitado por Tony Blair. En esa ocasión la había acompañado justamente su esposa, ya que la tradición del encuentro permite a cada invitado llevar un “sherpa” (guía, en indio). Ahora la Presidenta irá acompañada por el embajador argentino en los Estados Unidos, Héctor Timerman.
El siguiente viaje a Europa será en julio a Madrid en una visita oficial al recientemente reelecto José Luis Rodríguez Zapatero. Para afinar los detalles del viaje, la Presidenta recibió el martes pasado en su despacho al canciller Jorge Taiana, al embajador español en Buenos Aires, Rafael Estrella, y al representante argentino en Madrid, Carlos Bettini.
Con Rodríguez Zapatero, la Presidenta hablará de cuestiones comerciales bilaterales, de las trabas para profundizar los acuerdos Unión Europea-Mercosur e intercambiar ideas para la participación española en el Bicentenario de la Argentina. También estaba la idea de que concurra a la Expo Zaragoza, la feria internacional donde Argentina tendrá un stand.
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