Un ex CEO de Skanska denunció haber recibido amenazas múltiples con mensajes de texto en su celular y por orden del juez penal tributario Javier López Biscayart quedó incorporado al programa de protección a testigos e imputados del Ministerio de Justicia. Se trata de Gustavo Vago, procesado por evasión simple y agravada en la famosa causa de las facturas truchas usadas en las obras de dos gasoductos. También es investigado en el fuero federal por los sobornos de aquella licitación. Según su presentación judicial, las intimidaciones apuntaban a que cambie su estrategia, comprometedora para varios ex directivos de la compañía sueca.

Vago era el más alto responsable de Skanska Latinoamérica. Estuvo en ese cargo entre 2005 y 2006 en la misma época en que la filial argentina adquirió las facturas apócrifas para disfrazar salidas ilegales de dinero y que dispararon la investigación de López Biscayart. En esa causa, Vago se salvó de ir preso tras pagar una caución de medio millón de pesos. En el expediente donde se investigan las coimas su situación (igual que la de otros treinta imputados) está en veremos.

Vago no es el primer imputado con protección especial. También la tiene Adrián Félix López, que le vendía facturas truchas a Skanska y que vinculó los sobornos con el ministro de Planificación, Julio De Vido. Ante versiones de amenazas cuando estaba preso, López Biscayart dispuso las primeras medidas especiales y cuando salió en libertad, pidió el programa de protección. El juez argumenta que el expediente está ligado al crimen organizado y están en juego fuertes intereses. López no quiere custodia y apeló. Vago por ahora la acepta.

“No te hagas el héroe”, advertía uno entre la decenas de mensajes que, según denunció, que comenzaron a aparecer en su celular en octubre del año pasado. Luego siguieron otros que, al parecer, intentaban demostrarle que conocían sus movimientos. “Decile a la abogadita que cambie el escrito que está haciendo”, intimaba otro, recibido por Vago en el momento exacto en que se encontraba con su defensora, Marta Nercellas, preparando un descargo para presentar ante el ex juez Guillermo Montenegro.

El escrito que estaban elaborando era un relato de cómo se enteró Vago de las facturas y decía que él había ordenado pagar a la AFIP más de 13 millones de evasión reconocidos por la empresa. Detallaba las responsabilidades y el poder de decisión de siete ex gerentes y otros directivos implicados. Los que quedaban peor parados, según su descripción, eran el ex director financiero de Skanska para Latinoamérica José Alonso y el ex gerente comercial Javier Azcárate.

Alonso dice ser quien denunció la maniobra en la sede local y en la casa Matriz en Estocolmo. Al ser indagado apuntó a Vago. López Biscayart le dictó falta de mérito. Azcárate, procesado por evasión, fue grabado por el auditor de Skanska. En la conversación registrada hablaba del pago de “comisiones” del 2 por ciento para Nación Fideicomisos, que administraba los fondos para las obras, y del 3 por ciento para el Enargas, encargado de seguir la ejecución. De ahí que luego fueran imputados Néstor Ulloa, del fideicomiso, y Fulvio Madaro, del ente del gas.

Vago hizo la primera denuncia de amenazas ante un juez correccional y su abogada pidió la intervención de sus teléfonos para que se investigue el origen de los mensajes. Se presentó ante López Biscayart esta semana, cuando los mensajes empezaron a implicar a miembros de su familia, según dijeron a este diario allegados a la investigación. Fuentes judiciales indicaron que Vago planeaba pedir la ampliación de la indagatoria de uno de sus ex compañeros y amagaba con aportar nuevos datos. El Ministerio de Justicia aceptó ayer incluirlo en el programa de protección.