Tras su decisión de no aceptar ningún cargo en el PJ que presidirá Néstor Kirchner, Roberto Lavagna se convirtió otra vez en el centro de los rumores. ¿Se está preservando para ofrecerse como alternativa de recambio? ¿Se asume definitivamente como opositor? ¿O elige el llano para estar disponible ante un futuro ofrecimiento de la Presidenta y en un plazo no muy corto regresar al Gabinete? Con un estilo entre sobrio y levemente irónico, el propio Lavagna dice no estar interesado por esas “etiquetas bobas”. Elude definirse como opositor u oficialista, aunque a lo largo de la entrevista va desgranando críticas a la gestión de Cristina Fernández. También esgrime duros reproches para con la última etapa de la presidencia de Kirchner (o sea, para el lapso en que Felisa Miceli y Miguel Peirano ocuparon el Ministerio de Economía que él había dejado vacante). “Voy a seguir colaborando plenamente con el proceso pero sin asumir ningún cargo”, dice Lavagna en la entrevista con Página/12.

La frase anterior se refiere a la normalización del PJ, que Lavagna considera esencial para la reconstrucción de los partidos. Sin embargo, y aunque el ex ministro no se lo haya propuesto, su promesa de “colaborar” disparará otras lecturas dentro del oficialismo: en el Ejecutivo hay funcionarios que no descartan que Lavagna vuelva a asumir algún cargo en el futuro de la presidencia CFK. “Los cambios de Gabinete son un atributo de la Presidenta. Cada cual tiene el derecho de elegir sus equipos”, responde Lavagna. Luego se mostrará más expansivo y hasta filoso. Dirá que la denuncia del Gobierno sobre la intencionalidad de los focos de incendio es una “interpretación absurda”. También cuestionará duramente a la oposición, a la que llama “rabiosa y sin ideas”.

–¿Qué piensa de la lista que presentó Kirchner para el PJ?

–A finales de enero, con Kirchner acordamos básicamente poner al justicialismo en el centro de la reconstrucción de los partidos políticos, dejando de lado el Frente para la Victoria y otros ensayos de ese tipo. Siempre creí que no eran convenientes. Esto va en el camino a lo que acordamos. El acuerdo incluye la posibilidad de disentir con propuestas.

–¿Cómo tomó que no le ofrecieran ninguna de las vicepresidencias del PJ?

–No tuve ninguna oferta. El jueves le comuniqué a Kirchner que no quería ocupar ningún cargo. No tengo nada que reclamar ni de qué arrepentirme. Como digo en la carta que le envié a Kirchner, la posibilidad de disentir con propuestas queda mejor resguardada de este manera. Voy a seguir colaborando plenamente con el proceso pero sin asumir ningún cargo.

–En una nota radial dijo que los equipos técnicos del Ejecutivo no están a la altura del conflicto con los productores rurales.

–No dije eso. Lamentablemente los dueños de la pluma, el micrófono y demás son ustedes, no el que habla. Mirando la transcripción se podrá dar cuenta de que no dije eso. Lo que dije es que hasta ahora no veía que hubiera propuestas muy concretas. Si hubo propuestas, mejor así. Aunque hasta ahora es un hecho concreto que no se ha avanzado demasiado en las negociaciones por dificultad del Gobierno en presentar una propuesta integral.

–¿Usted cree, como dijo la Presidenta, que los focos de incendio que produjeron la humareda son intencionales?

–No. Uno de los defectos graves de la política argentina son este tipo de interpretaciones. Hubo dos interpretaciones contrapuestas. Una venía del Gobierno y la otra de una oposición que sostenía una hipótesis absurda de que la quema la había hecho el Gobierno para demostrar lo imprescindible que era el tren bala a Rosario para cuando está cortada la autopista. Dos interpretaciones, una del Gobierno y la otra de una oposición rabiosa y sin ideas. Las dos son absurdas. Debemos poner racionalidad.

–¿Usted está en contra de que se abran causas en la Justicia contra los propietarios de los campos incendiados?

–Hay que preguntarse si esta Justicia es una Justicia con standard único o si no hay una Justicia con doble standard. Hay que preguntarse si en los últimos años hubo alguna acción judicial con los cortes de ruta por otras razones. Si el país se va a manejar con un doble standard...

–No le preguntaba por los cortes, sino por las denuncias judiciales contra los dueños de los campos.

–Es lo mismo. Cualquier acción real o potencialmente ilegal tiene que ser tratada con los mismos criterios.

–¿Tiene que haber cambios de Gabinete tras el conflicto con el campo?

–Ese es un problema de la Presidenta, que ha sido elegida de una manera muy clara. Los cambios de Gabinete son un atributo de la Presidenta, después los ciudadanos podemos opinar. Cada cual tiene el derecho de elegir sus equipos. Es evidente que hoy hay una serie de problemas que no son exclusivamente de la actual gestión, sino heredados de la anterior. El más grave es el de la inflación, que empeora la distribución del ingreso, aumenta el número de pobres y deteriora la producción nacional.

–¿Cómo ve al oficialismo en la elección legislativa de 2009?

–Dependerá de la gestión. Quien está en el Ejecutivo tiene siempre algunas ventajas que surgen del ejercicio del gobierno, pero también tiene que mostrar resultados. Si la oposición es una especie de Unión Democrática, una coalición conservadora que se monta sobre los problemas que tiene el Gobierno sin hacer ninguna oferta seria, es posible que juegue a favor del Gobierno.

–Hoy, tras su decisión de bajarse del PJ, ¿se define como opositor?

–Basta de etiquetas bobas. Todo esto tiene que ver con una política hecha con una mentalidad de enanos.