La reunión fue ayer al mediodía y duró apenas quince minutos. El senador y empresario cordobés Roberto Urquía fue hasta el despacho del jefe de la bancada K en el Senado, Miguel Angel Pichetto, y presentó su renuncia a la Comisión parlamentaria de Presupuesto y Hacienda, que presidía, y a la de Agricultura, donde también tenía un asiento. Pichetto destacó “la actitud de Urquía de dar un paso al costado”. Con la firma del cordobés estampada sobre el papel de su renuncia, el kirchnerismo respiró aliviado y despejó uno de los mayores obstáculos que se le presentaban para el futuro debate en la Cámara alta por las retenciones móviles. El dueño de Aceitera General Deheza se había pasado al bando de los oficialistas díscolos tras el conflicto agropecuario y ponía en riesgo la votación –se hablaba de un empate– en una comisión estratégica por donde pasará el proyecto del Gobierno que ratifica la resolución 125.

El alineamiento de Urquía con los productores agropecuarios –aunque sin militar por la causa– terminó con el estrellato político que había alcanzado de la mano del kirchnerismo y que lo había entronado en la presidencia de una de las comisiones clave en el Senado.

Pocos minutos después de la renuncia del empresario a la Comisión de Presupuesto, el kirchnerismo había reacomodado sus piezas en el tablero. El peronista correntino Roberto Fabián Ríos asumirá la presidencia en Presupuesto, mientras que un “pingüino puro”, el santacruceño Nicolás Fernández, ocupará el asiento que dejó vacante Urquía en la comisión. El empresario aceitero completó su maniobra renunciando también a su lugar en la otra comisión por donde pasará el proyecto sobre las retenciones móviles: la de Agricultura, Ganadería y Pesca.

“Me parece una decisión sincera por su pertenencia al sector agropecuario, pero Urquía va a seguir acompañando la política del Gobierno”, aseguró su reemplazante en la Comisión de Presupuesto, Roberto Ríos. Ambos dialogaron escuetamente en medio de la sesión de ayer en el Senado, pero se comprometieron a mantener una charla más prolongada por la noche, que iría más allá que las meras cuestiones técnicas del manejo de la comisión.

Urquía justificó su renuncia “indeclinable” en su “postura respecto del conflicto agropecuario”. Si bien el senador cordobés afirma que como legislador “acompañó las decisiones del gobierno nacional”, mostró su nuevo alineamiento político: “Deseo destacar que me debo a los intereses de mi provincia, a la posición tomada por mi gobernador Juan Schiaretti y las instrucciones que he recibido de mi legislatura provincial”, dice uno de los párrafos de su carta de renuncia fechada ayer.

“Comparto las diversas preocupaciones de los intendentes y jefes comunales de Córdoba por las consecuencias que ocasiona el conflicto en sus ciudades”, cierra la esquela el empresario aceitero, que además cuenta con fuertes inversiones en la siembra de soja.

El juego de la silla no modifica sustancialmente la correlación de fuerza en la Comisión de Presupuesto a favor del oficialismo, pero le permite el respiro de saber que preserva la mayoría exigua, que le aportan ocho senadores –“incondicionales”, aseguran en el oficialismo–, sobre un total de 15. En teoría, el kirchnerismo había designado los integrantes de esta estratégica comisión de manera de contar allí con una conveniente mayoría, a la que incluso podían sumarse aliados como el radical K de Río Negro Pablo Verani. Pero el conflicto por las retenciones provocó primero las deserciones de la reutemista Roxana Latorre y el ex gobernador de Salta Juan Carlos Romero. Ante esta realidad, la postura de Urquía ponía una alta cuota de riesgo al momento de votar en las comisiones del Senado el proyecto del Gobierno que ratifica la resolución 125 y que esta semana inició su recorrido en Diputados.

En cambio, en lo referente a la Comisión de Agricultura, los kirchneristas se muestran más tranquilos. Allí, a pesar de la renuncia de Urquía –para el que aún deben designar un reemplazante–, el oficialismo tiene las manos suficientes para lograr un dictamen a favor de su proyecto.

Todos hacen cuentas. La suma y resta de porotos ha pasado a ser de las actividades más frecuentes por estos días en el Congreso. Por falta de necesidad, el oficialismo había perdido el hábito pero ahora tuvo que ponerse a hacer cuentas. El propio Pichetto le informó de la renuncia de Urquía a su par en Diputados, Agustín Rossi.

La oposición lo tomó de diferentes maneras. “Es un acto de prudencia, para ponerse del lado que tiene que estar: los pequeños y medianos productores y representar a su provincia. Haber dado un paso al costado me parece prudente porque después no puede volver a su provincia”, dijo la peronista opositora Hilda “Chiche” Duhalde.

“Con la expulsión del senador Urquía de la Comisión de Presupuesto del Senado, el kirchnerismo demuestra claramente que, por un lado, el Gobierno no tiene ninguna predisposición en abrir su proyecto al debate y eventualmente producirle cambios. Pero, por el otro, confirma la contradicción entre los negocios del propio Urquía y la idea del Gobierno de mantener las retenciones móviles”, aseguró el titular de la UCR y senador Gerardo Morales.

Sin embargo, la oposición hoy está más atenta a lo que pasa en Diputados. “Lo importante es votar a conciencia, pero primero habrá que ver qué pasa en Diputados, porque estoy viendo que muchos diputados oficialistas que están replanteando su voto”, se esperanzó Chiche Duhalde.