EL PAíS › LOS ENCUESTADORES OPINAN SOBRE EL “RELANZAMIENTO” Y SUS POSIBILIDADES

Aprobación y oposición

La imagen del Gobierno bajó de un modo importante y la pregunta es cómo puede hacer para remontar la situación. Seis encuestadores analizaron las posibilidades y también la incapacidad de la oposición de capitalizar los problemas oficiales.

 Por Raúl Kollmann

La mayoría de los encuestadores diagnostica que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el Gobierno nacional perdieron niveles importantes de imagen y aprobación. Algunas consultoras registran más pérdidas, otras menos, buena parte de ellas adjudica el desgaste principalmente al conflicto con el campo. PáginaI12 dialogó con seis de los consultores más conocidos sobre la posibilidad o imposibilidad de la Presidenta y el Gobierno de recuperar el terreno perdido y las probabilidades que tiene la oposición de capitalizar las debilidades que, desde el punto de vista de la opinión pública, mostraría el oficialismo.

Opinan consultores que trabajan para el Gobierno, otros que asesoran a candidatos o referentes opositores.

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¿Pueden Cristina Kirchner y el Gobierno recuperar el nivel de imagen y aprobación anterior al conflicto del campo?

Manuel Mora y Araujo: “Poder, podría recuperar imagen, pero tendría que cambiar algo que no está cambiando. En principio la actitud de estar en conflicto con una parte de la sociedad es algo que debe cambiar sí o sí. La actitud de los Kirchner se concentra en no rendirse, triunfar, cuando en realidad lo que pide la opinión pública es que administre el consenso. El otro aspecto clave es que avance en la macroeconomía, en concreto la inflación y el crecimiento. Insisto, la opinión pública no pide que derroten a alguien, sino que gestionen. Si la actitud no cambia, tal vez remonten un poco, pero no a los niveles anteriores”.

Artemio López: “Hay mucha manipulación de encuestas en oposición al gobierno nacional. Se dan como válidos para el conjunto de los sectores sociales estudios de popularidad con coberturas nacionales escasas y métodos de recolección de datos vía teléfonos fijos que reciben la opinión de los segmentos medios y altos y no son adecuados para observar el desarrollo de imágenes sobre los segmentos de bajo nivel económico-social. Por eso, yo afirmo que en el momento de mayor crisis, Cristina Kirchner tuvo un 33 por ciento de opiniones positivas, un 33 de negativas y un 33 de regular, aproximadamente. Es obvio que puede mejorar y con los anuncios posteriores al lockout del campo, ha comenzado lentamente a mejorar. Hay un solo atributo que posee la Presidenta –y el Gobierno– que no está al alcance de la oposición y seguramente utilizará para dejar definitivamente atrás la crisis: la gestión inclusiva. En este sentido restaurar la movilidad jubilatoria derogada por el neoliberalismo, que ya es una decisión tomada, y los planes de generalizar una asignación universal de cien pesos por hijo para enfrentar el aumento del valor del costo de alimentos en los hogares vulnerables, son la mejor manera de consolidar consenso y expandir la base electoral de cara a las elecciones parlamentarias de 2009.

Hugo Haime: “Es posible. Requiere tener un claro diagnóstico de por qué se perdieron niveles anteriores de confianza e imagen. Los temas centrales son el sinceramiento de la situación socioeconómica, reconocer que los precios están subiendo, en lugar de decir que no es verdad. Eso genera falta de credibilidad y confianza. El Gobierno necesita que los precios bajen, plantearse metas inflacionarias claras. Con eso resolvería la falta de credibilidad y, sobre todo, un tema importantísimo que es el bolsillo de la población. La inflación afecta a los sectores medios y bajos. El otro aspecto central es la apertura al diálogo, que sea fructífero, que incorpore al otro e incorpore las opiniones del otro. Que baje las tensiones. Cuando se planteó el acuerdo del Bicentenario se suponía justamente eso: la idea de consensuar. Traducido, eso significa que si antes de establecer las retenciones no hablo con los ruralistas y lo mismo ocurre con todos los sectores, el estilo no es el de buscar consensos. El otro elemento que debo señalar es que los sectores populares tienen que sentirse más protegidos: el Gobierno debe dar señales de que entiende sus problemas y que quien hable, les hable a los sectores populares, con un discurso cálido y entendible para los sectores populares”.

Rosendo Fraga: “Creo que el Gobierno privilegia el poder antes que la imagen. Básicamente la administración Kirchner está más interesada en dar señales de que mantiene el poder que en dar señales que generen simpatía en la opinión pública. La actitud más bien confrontativa con el campo y con Julio Cobos no es lo que la opinión pública prefiere, pero es como Kirchner da señales claras de que mantiene el poder. Yo, como consultor, aconsejaría lo contrario. Pero no soy consultor de Kirchner ni soy Kirchner. La lógica de Kirchner es que el diálogo puede ser interpretado como debilidad. Y lo mismo va respecto de un cambio de gabinete: muchos de nosotros lo interpretaríamos como una jugada hábil. En el estilo K se toma como un signo de debilidad. Por eso creo que la pregunta no apunta al corazón de la estrategia kirchnerista. No es retomar niveles de imagen, sino afirmar poder”.

Enrique Zuleta Puceiro: “Los registros disponibles a nivel nacional no permiten hablar de un deterioro importante en los niveles de apoyo político y evaluación de desempeño que tengan su causa en la crisis del campo. Los instrumentos para lograr una recuperación de la iniciativa son simples: apertura franca y honesta al mensaje de la opinión publica, apuesta decidida hacia mayor apertura y transversalismo transpartidario, compromiso responsable con la innovación, menos emergencia y más Estado de Derecho, apertura al mundo y resistencia clara frente a la tentación corporatista, que es un fantasma recurrente para la tradición política del peronismo”.

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¿Cómo evalúa la situación de la oposición, incluyendo a los referentes del campo, que aparecieron en los últimos meses?

Zuleta Puceiro: “La oposición sigue sorprendiendo por sus dificultades para una lectura clara de lo que ocurre en el país. Vuelvo a los registros semanales de opinión pública y señalo además su incapacidad consiguiente para capitalizar políticamente las dificultades del Gobierno. Priman la improvisación, el dogmatismo y sobre todo, la cerrazón frente a cualquier esfuerzo de cooperación. En general, los lideres de oposición ceden a la tentación de la presencia mediática, que les exige exageración, intolerancia y gestos apocalípticos, divorciados por completo de las demandas efectivas de la gente. Emergen figuras interesantes. Más allá de los Binner, Cobos, Carrió o Macri, hay una docena de nuevas figuras parlamentarias y veinte o treinta intendentes con mucho futuro. Pero faltan ideas, compromiso, energía y propuestas medianamente acordes con el talante de oposición de los sectores medios de la sociedad argentina. En este sentido, los medios de comunicación y algunos periodistas siguen siendo la única oposición efectiva, lo cual implica un verdadero callejón por el momento sin salida. La dirigencia del campo estableció una alianza de gran eficiencia con los medios de comunicación y ello le permitió hasta el momento imponer sus reclamos sectoriales. Ello no basta para configurar una alternativa política. Existe una amplia minoría social –de alrededor del 25 o 30 por ciento de la sociedad– que sigue buscando sin encontrar una fuerza política moderada que la contenga, la represente y la exprese. En términos electorales, un voto que sigue vagando en busca de dirigentes y partidos que no aparecen”.

Mora y Araujo: “El campo no es oposición, es un actor social que le viene muy bien a la oposición. Yo a la oposición la sigo viendo muy desorganizada, pese a la oportunidad que tiene. Se necesitan liderazgos innovadores. Desde Schiaretti hasta Binner buscan encarnar proyectos alternativos, a partir de sus respectivas gestiones. Pero está claro que el proyecto tiene que ser productivo-federalista, frente al redistributivo-centralista que encarnan los Kirchner. Puede ser un eje para la oposición, pero hoy están desmembrados y no sé si lo perciben”.

López: “Tenemos una encuesta sobre eso, la capitalización opositora del desgaste oficialista. En total entrevistamos a 861 personas. En el polo peronista, De la Sota sigue sin existir como en 2003, sin menciones. Felipe Solá y Carlos Reutemann con el 9,2 y el 8 por ciento de las menciones respectivamente, por debajo de las expectativas y sobre todo de la impronta mediática de sus figuras, en especial el ex gobernador bonaerense. Eduardo Duhalde con el 28,2 de las preferencias, a pesar de su mala imagen pública (63,7 negativa) sigue funcionando como la opción peronista realmente existente al Gobierno nacional. En el polo no peronista, Lilita con el 11 por ciento de las preferencias y a pesar de su gran exposición no logra capitalizar la crisis oficial y aparece nuevamente con serias dificultades para constituirse en opción al Gobierno nacional. Mauricio Macri, Hermes Binner y Julio César Cobos, con el 11, 9 y 8 respectivamente, apenas se recortan como figuras alternativas, aunque en el caso de Cleto, su instalación resulta notable partiendo de su piso anterior, realmente inexistente. Finalmente, la segunda opción, con el 13 por ciento de las menciones, la constituye la categoría ‘no hay desgaste’ que probablemente exprese, más que la negación de lo evidente, la permanencia de una masa de apoyo al Gobierno nacional, respaldo que puede sorprender tanto por su estrechez como por su extensión, según se lea.

Los líderes del sector agro aparecen como los ganadores de una fuerte disputa sectorial y eso les asigna popularidad coyuntural, aunque ninguno de ellos, en especial el de mayor visibilidad, Alfredo De Angeli, logró superar el 75 por ciento de imagen positiva que obtenía Juan Carlos Blumberg en los días de plomo”.

Haime: “No hay una visualización de la oposición. Está claro que existe un mapa en el que aparecen, por un lado, Binner, Carrió y Luis Juez; por otro lado, un sector del peronismo; y, en tercer lugar, el macrismo. Desde el punto de vista del peso en la opinión pública están muy desdibujados. El clima de opinión en la clase media les fue dando un rol, que no fueron ellos los que lo buscaron. A la gente hubo cosas que no le gustaron, apareció la protesta social y ahí se hizo el entronque con personalidades opositoras. Si el Gobierno no logra credibilidad, la oposición va a existir, porque el electorado así lo hará efectivo, no porque haya una propuesta alternativa. Hoy, las críticas al plan económico las hacen más los economistas que los políticos. Incluso es un debate acotado: cuánto se crece, que puede haber problemas dentro de dos años. La realidad es que cada figura busca su lugar de existencia. Carrió seguramente hará buen pie en las legislativas de Capital, pero tiene muchas limitaciones en la opinión pública cuando se habla de cargos ejecutivos; Macri y Binner se apoyan en sus gestiones. Yo diría que el mayor peligro para el Gobierno y el peronismo es que se siga desgajando el frente interno”.

Fraga: “El espacio de oposición lo pueden canalizar ahora algunas personas, alguna figura, pero no veo creciendo a la oposición como fuerza. Binner, por ejemplo, está creciendo, pero no significa que crezca la oposición. Lo que la oposición no logra es lo que lograron las cuatro entidad del campo: unidad, cohesión. Una cuestión clave es la disidencia en el peronismo, que vuelve a ser oficialismo y oposición. Eso complica a los demás opositores. Por eso creo que las cosas van a seguir así. El Gobierno mantendrá su estilo, Kirchner es el hombre clave y la oposición va a seguir sin articularse. La pregunta decisiva es si Kirchner puede poner otra vez en cauce al peronismo”.

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Imagen: Gonzalo Martínez
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