“Hay intereses que quieren un gobierno más light. Son intereses financieros, económicos y mediáticos. Y en realidad, la traducción de light en términos políticos es un gobierno más débil, porque así pueden imponer políticas donde lo financiero sea más importante, donde discutir salarios sea malo.” En su regreso a las recorridas por el conurbano tras un descanso en El Calafate por el fin de semana largo, la presidenta Cristina Fernández dejó de lado los eufemismos para hacer un diagnóstico político. Fue en Malvinas Argentinas, donde estuvo acompañada por su esposo, Néstor Kirchner, y anunció obras para el municipio junto al intendente Jesús Cariglino. La frase sobre el “gobierno light” fue tomada de unas declaraciones previas de la hermana del ex represor Julián Corres, quien había dicho que el militar se había fugado porque tenía “la secreta esperanza de que viniera un gobierno más light”.

“En los gobiernos débiles termina perdiendo el pueblo”, advirtió la Presidenta. Además de su esposo y el anfitrión Cariglino, en el palco la acompañaban el gobernador Daniel Scioli, los ministros Florencio Randazzo y Julio De Vido, el jefe de Gabinete, Sergio Massa, y los intendentes Alberto Descalzo (Ituzaingó), Luis Acuña (Hurlingham) y Andrés Arregui (Moreno). El matrimonio presidencial no se mostraba junto fue en un acto público desde el 25 de julio. Tras el discurso, y ante una pregunta de la prensa, CFK aclaró que su marido “nunca había desaparecido”.

En el acto se anunciaron inversiones públicas por más de 700 millones de pesos para Malvinas Argentinas en obras de informatización, saneamiento de un arroyo, pavimentación de 452 cuadras y la construcción de unas 300 viviendas. Aunque no se refirió directamente a las últimas declaraciones de los ruralistas, CFK habló de las exportaciones y defendió la aplicación de algunas restricciones al comercio exterior. “No nos perdonan que hayamos recobrado la autoestima. Que hayamos cancelado la deuda con el FMI, que pongamos énfasis en cuidar la mesa de los argentinos, porque las exportaciones nos importan, pero no podemos privilegiarlas por sobre el estómago de los argentinos”, aseguró. Luego volvió a retomar sus definiciones contrapuestas sobre la idea de lo “light”.

“Me enorgullezco de pertenecer a una generación que nunca fue light. Eso es bueno para adelgazar y ni siquiera, porque para adelgazar hace falta esfuerzo, trabajo. En la vida hay que poner fuerza”, afirmó. “Los que critican, los que quieren distorsionar es porque nunca creyeron que con ideas, compromiso, política y solidaridad podemos construir un país mejor”, agregó. Como en otros actos, la Presidenta volvió a citar cifras: dijo que el superávit fiscal de julio había sido de 4022 millones de pesos y que el superávit comercial era de más de 1000 millones de dólares. Luego informó que en el segundo trimestre del año se habían creado 107 mil nuevos empleos en blanco. “Sabemos también que hay trabajo no registrado que también se crea, que es de profunda injusticia pero que debe ser contabilizado.” También hubo espacio para elogiar la política de los últimos cinco años. “Desde el 25 de mayo de 2003 venimos construyendo un modelo económico, político y social diferente.”