El represor Jorge Olivera comenzó a ser indagado en el Juzgado Federal 2 de San Juan por el juez Leopoldo Rago Gallo. El magistrado pudo empezar a escuchar la declaración del ex militar luego del extenso trámite procesal que significó leerle toda la prueba que obra en el expediente. El caso más resonante que se le imputa es el de la joven modelo franco-argentina Marianne Erize Tisseau, detenida en esa provincia el 15 de octubre de 1976, cuando tenía 22 años, y desde entonces desaparecida.

Por este hecho, Olivera terminó preso en Italia, en 2000, ya que entonces la Justicia francesa había pedido su captura y fue detenido al llegar al aeropuerto de Fiumicino. La liberación de este mayor retirado del Ejército por parte del tribunal italiano se produjo a mediados de septiembre de ese mismo año, antes de que se resolviera la petición de extradición de la Justicia francesa, porque su defensa presentó en el expediente un certificado de defunción apócrifo, que luego de la liberación desapareció misteriosamente.

“Marianne asistía a la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, pero no militaba en ningún grupo político en la facultad. Era perseguida porque había trabajado como misionera con el asesinado sacerdote Carlos Mujica en villas miseria”, había relatado su madre, Francisca Tisseau. “Como modelo, había conocido el mundo del jet set, pero después se dio cuenta de que era un mundo muy superficial y decidió dedicarse a los pobres”, agregó. Otro caso importante es el del conscripto Jorge Bonil, que prestaba servicios en el Regimiento de Infantería de Montaña 22, bajo las órdenes de Olivera. También está desaparecido.