Desde Rosario

Carlos Reutemann acaparó ayer el protagonismo político del país. El día después de haber oficializado su salida del kirchnerismo, el Lole fue intervenido quirúrgicamente en una clínica privada de Rosario por la obstrucción de una arteria gastrointestinal. A media tarde, brindó una conferencia de prensa junto al equipo médico que lo atendió, en la que tomó más distancia del gobierno nacional, en especial por la política agropecuaria y las cuestiones ligadas al federalismo, aunque negó estar tejiendo alianzas electorales con el PJ disidente. “Por la Presidenta tengo gran afecto personal”, dijo y remarcó: “Nosotros somos peronistas, hemos acompañado muchos proyectos de Kirchner y algunos de Cristina y apoyaremos las propuestas que les sirvan a los argentinos”, dijo el senador, quien aseguró no tener aún definido si será candidato en octubre y menos en las presidenciales de 2011. “Nadie me lo ofreció ni lo estoy estudiando”, planteó sobre una eventual candidatura cuyo porcentaje de concreción “va disminuyendo día a día”.

El ex gobernador admitió que si el justicialismo local va dividido en Santa Fe, “habrá que dividir por cuatro el piso histórico con el que arranquemos” y será complicado vencer al Frente Progresista. El legislador reconoció que la relación con Hermes Binner “no es buena”, ya que el gobernador ha tenido declaraciones “que no fueron satisfactorias” hacia su persona.

La reaparición pública de Reutemann en la provincia tras meses de ostracismo fue una verdadera puesta en escena. El coqueto Instituto Cardiovascular de Rosario donde fue operado se convirtió durante unas horas en un verdadero bunker de campaña. Tanto que mientras un grupo de periodistas pugnaba por entrar a la rueda de prensa, un familiar de un internado pedía a gritos ingresar para poder visitar a un paciente.

Puntual como es su costumbre, Lole apareció a las 18 en la sala de reuniones del ICR acompañado por el cuerpo médico que lo atendió. De jogging y remera negra, locuaz como pocas veces, el ex gobernador respondió preguntas durante algo más de media hora. “Sabía que se iba a armar, así que vine tal vez para después no hablar por un año”, dijo.

Tras las explicaciones clínicas, el ex piloto de Fórmula Uno remarcó que se sentía bien y que nadie del kirchnerismo lo había llamado desde que quedó internado. “Las únicas personas que me llamaron fueron Julio Cobos, Felipe Solá, (el ex intendente de Rosario) Horacio Usandizaga y el ministro de Seguridad de la provincia, Daniel Cuenca. No me alcanzan los dedos de la mano para contar”, ironizó.

Inicialmente explicó las razones de su alejamiento del Frente para la Victoria. “Es un tema que viene de larga data. Estamos a un año de haberse iniciado el conflicto con el campo por las retenciones móviles. En eso quiero ser muy claro, yo represento a la provincia de Santa Fe, que tiene que ver con la agricultura, la ganadería, la lechería, los pollos, la apicultura y la agroindustria. Ese fue el comienzo de una situación diferente pese a ser yo miembro del Frente para la Victoria.”

“Este año –continuó el Lole– se agrega en la provincia de Santa Fe, no en toda, desde la ciudad de Gálvez a Reconquista una sequía importante y hemos visto que se ha acentuado el problema en el campo. Y no he visto que esto vaya en vías de solución. Si uno está en un bloque con una posición distinta al resto de los compañeros, llega un momento en que la relación no es tan aceitada. Por eso, decidimos con [la senadora] Roxana Latorre hacer un bloque federal para defender a capa y espada los intereses de nuestra provincia”, subrayó. “Los paladares negros del bloque me quieren comer la yugular”, graficó.

Cuando se le preguntó dónde se iba a ubicar en la interna del PJ, sostuvo: “Nosotros somos peronistas, hemos acompañado muchos proyectos del gobierno de Kirchner y algunos de Cristina sin inconvenientes. Los proyectos que sean interesantes, que sean solución para todos los argentinos, no tenemos problema”, enfatizó para después tomar distancia en torno de “la poca coparticipación que están recibiendo las provincias o los grandes subsidios al transporte que recibe Capital Federal”, medidas que a su entender no se condicen con el federalismo.

De inmediato negó estar tejiendo alianzas con el PJ disidente. “Esas son conjeturas. Lo nuestro es una cuestión estricta de la provincia de Santa Fe y no hay ninguna especulación de ningún tipo vinculado ni a unos tres que están por ahí (Solá, Macri y De Narváez) ni a otro”.

Sobre el escenario provincial sugirió que “el justicialismo de la provincia tiene que tomar las cosas con pinzas. No tenemos que olvidarnos de que el PJ en 2007 sufrió una amplia derrota. Si ahora le agregamos una interna a una disgregación partidaria más un movimiento productivo que estoy viendo que podría tener votos del PJ, en realidad al 30 por ciento de piso que tenemos habrá que dividirlo por cuatro.”

–¿Será candidato en octubre?

–Nadie me ofreció serlo, ni lo estoy pensando. Cada vez va disminuyendo por las circunstancias que se van dando.

–¿Cree que le puede ganar al socialista Giustiniani?

–Los números dicen que estoy bien en la pelea.

–¿Cómo está su relación con Binner?

–La verdad es que con el gobernador Binner las relaciones no son buenas, las declaraciones suyas no han sido satisfactorias, además le agrega una mentira bárbara cuando dice que yo privaticé el Banco de Santa Fe a los hermanos no sé cuanto; la verdad es que está mal informado, miente descaradamente. Yo con la privatización del banco no tuve nada que ver, tendría que pedir disculpas.