EL PAíS › EL CONGRESO DEL PJ CAMBIO
LA FECHA DE LA INTERNA: SERA EL 19 DE ENERO
Un día para que Duhalde se sienta ganador
El organismo partidario, dominado por el duhaldismo, fijó para que en esa fecha también se elijan autoridades del PJ. Ayer participaron la mayoría de los dirigentes importantes del peronismo, excepto los menemistas y adolfistas. Reutemann no fue pero mandó a los suyos. La reacción de los riojanos.
Por Fernando Cibeira
El duhaldismo y sus aliados finalmente reunieron ayer al congreso nacional del PJ y convocaron a una elección interna playera para el 19 de enero del 2003. De esta forma quedó expuesta la división del peronismo. El Consejo del PJ –el otro organismo partidario, que domina el menemismo– mantiene formalmente una interna para el 15 de diciembre en la que se inscribieron Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá. En tanto, para enero, serán de la partida Néstor Kirchner y José Manuel de la Sota. El candidato que no es, Carlos Reutemann, no fue ayer al congreso pero mandó a sus delegados con un mensaje de paz y amor. Tanta indefinición seguramente derivará en muchos recursos en la Justicia, por lo que sobrevuela la sospecha de que no habrá internas en diciembre ni en enero ni quién sabe hasta cuándo (ver aparte).
Eduardo Duhalde ganó ayer una batalla en su eterna guerra con Menem. El congreso del PJ necesitaba 460 miembros para sesionar y convocó a 585. Además, gracias a las reuniones que se hicieron por la mañana, se llegó con todos los puntos acordados y las mociones se votaron con unanimidad, casi sin disidencias. Todo muy prolijo.
El acuerdo se cerró a la mañana en la Casa de Formosa. Estuvieron el ministro del Interior, Jorge Matzkin, el gobernador Felipe Solá, la senadora Cristina Fernández de Kirchner, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, entre otros. Hicieron un punteo y se dieron cuenta de que reunirían buena parte del peronismo por lo que la apuesta sería “ir por todo”. Así que no sólo harían su propia convocatoria a internas. También para el mismo día llamarían a una elección para nuevas autoridades del Consejo justicialista, cuestión de mojarle la oreja al menemismo. También se designaría una nueva Junta Electoral, compuesta por ocho miembros designados por el congreso y dos más por cada precandidato presidencial que se anote.
Y una cuestión más. El congreso de ayer fue invalidado de antemano por la jueza María Servini de Cubría, que no aceptó el argumento de que se trataba de la reanudación de una sesión que había pasado a cuarto intermedio casi un año antes. Por eso, se acordó que el martes que viene, también en Parque Norte, se hará un congreso similar pero de carácter extraordinario, para votar exactamente lo mismo que ayer. Los motivos de la clonación: que un congreso extraordinario puede ser convocado por el pedido de un tercio de los congresales, por lo que ahí Servini ya no tendría más motivos para invalidarlo.
Todo tranqui
Con todo arreglado, la llegada de los congresales a Parque Norte fue muy tranquila. El inicio del congreso estaba pautado para las 16, pero comenzó recién a las 19.30. A eso de las 18, De la Sota hacía la cola para acreditarse, documento en mano, como un congresal más. “Nunca hubo un congreso como éste. Acá está todo el peronismo”, se entusiasmaba. “Si hasta vinieron todos los gobernadores salvo Rubén Marín y Juan Carlos Romero”, agregaba, exagerando. Había gobernadores pero no todos: estuvieron el santiagueño Carlos Juárez, el formoseño Gildo Insfrán, el bonaerense Solá, el misionero Carlos Rovira y el tucumano Julio Miranda.
En un salón contiguo, la senadora Kirchner esperaba rodeaba sólo de sus colaboradores. A ella le tocó comenzar presidiendo la sesión para luego pasarles la posta a las nuevas autoridades del congreso, encabezadas por el bonaerense Camaño. “Nosotros pedimos hacer las internas cuanto antes porque De la Sota las quería hacer el 2 de febrero”, explicaba uno de sus colaboradores. El gobernador de Santa Cruz prefirió no aparecer por Parque Norte y mantenerse al margen de la pelea interna.
En la puerta de entrada, respirando el aire fresco de la tarde, esperaba el inicio de la sesión Solá, que no mostraba tanto entusiasmo como otros de estar allí. “Lo importante es demostrar que el peronismo no tiene un dueño. Y eso hoy está quedando claro”, decía.
Unanimidad
“Somos demasiados para ser tratados desde la clandestinidad por algún sector de la Justicia”, sostuvo la senadora Kirchner al inicio de la reunión luego de confirmar la presencia de los 585 congresales. La jueza Servini de Cubría junto con Menem encabezaron el ranking de las personas más odiadas del Congreso. “La Justicia debería estar más interesada en meter presos a los que robaron al país y no inmiscuirse en las cuestiones internas del Partido Justicialista”, siguió la Kirchner.
Enseguida pidió la palabra el ex jefe de la SIDE Carlos Soria, para hacer una defensa de la legalidad de la convocatoria del congreso, ya impugnado por Servini. “El único que hace una interpretación correcta de lo que establece la Carta Orgánica es el propio congreso, que la escribió, y no una jueza”, sostuvo. Fue un momento confuso: Soria mencionó el “3 de noviembre” como la fecha en que el peronismo se hizo cargo del Gobierno, mientras que la senadora Kirchner habló sobre la renuncia a la vicepresidencia del congreso del Lole Reutemann, llamándolo “Juan Carlos”. Duhalde se encargó de aportar su grano de arena cuando se leyó una nota de su autoría en la que pedía que se apruebe la convocatoria a un congreso extraordinario para el martes que viene, cuando todavía no había comenzado a sesionar éste. El presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Osvaldo Mércuri, fue el encargado de nombrar a las nuevas autoridades del congreso. Todo fue aprobado por unanimidad.
De la Sota puso un poco de pimienta. “No me imagino a Juan Perón recorriendo los pasillos de Tribunales con un escrito”, chicaneó a Menem. También le dio a Rodríguez Saá. “No es digno participar de una interna aquí y tener un partido político por afuera para poder utilizarlo si no me gusta el resultado”, le dijo. La bandera del delasotismo fue el reclamo de padrones transparentes. “Hasta en un club de barrio se sabe quiénes votan”, dijo el cordobés.
El ministro Matzkin defendió las convocatorias electorales de Duhalde y le tocó presentar la moción de las internas el 19 de enero. Ahí surgió la mayor disidencia cuando los congresales santafesinos pidieron la palabra y plantaron una posición intermedia entre Duhalde y Menem. Aclararon que su propuesta era que las elecciones se hicieran el 22 de diciembre y que lo que había que buscar era la unidad del peronismo. “No queremos demonizar a ningún compañero que no esté hoy en el congreso”, dijo el que llevó la voz. A sus espaldas se escuchó un murmullo.