En el marco del diálogo político, la Presidenta se entrevistó ayer con el gobernador de Catamarca, Eduardo Brizuela del Moral, un ex aliado K que se fue del oficialismo tras el conflicto por las retenciones. Como viene sucediendo con otros gobernadores, el mandatario pidió que la Nación refinancie las deudas de la provincia. Según la delegación catamarqueña, el ministro de Economía, Amado Boudou, se habría mostrado dispuesto a discutir la refinanciación de las deudas provinciales. Brizuela también reclamó por obras públicas cuya ejecución está pendiente y solicitó que Catamarca sea beneficiada por algunos de los puntos de la promoción industrial, como los cupos fiscales que impulsan a las empresas a instalarse en determinado territorio. “Hemos reclamado 129 millones de pesos del plan de construcción de viviendas y 30 millones del plan de acción social”, aseguró Brizuela al salir de la reunión con CFK.

Como líder del Frente Cívico y Social, Brizuela del Moral le causó al oficialismo su primera derrota del año: a principios de marzo su espacio político se impuso sobre la heterogénea alianza del peronismo que incluía a Luis Barrionuevo, Ramón Saadi y Néstor Kirchner. El propio Kirchner había viajado a Catamarca para tratar de apuntalar a la lista del PJ. Tras aquella elección, Brizuela del Moral salió a cuestionar públicamente a la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner. Le reclamó por la construcción de un centro de cuidados infantiles que la ministra, según su versión, había prometido sin concretarse nunca. Anoche, el catamarqueño volvió a acordarse de la hermana del ex presidente.

“Hemos analizado, uno a uno, los temas que hacen a la relación entre la provincia y la Nación”, agregó. Según uno de los acompañantes de Brizuela en su visita a la Casa Rosada, la prioridad para el catamarqueño era reclamar por obras adeudadas del Plan Federal de Viviendas y pedir que se firmen convenios para implementar programas alimentarios en su provincia. “El gobernador salió muy optimista”, dijo a Página/12 el allegado de Brizuela del Moral. El mandatario también se explayó sobre la actualidad del sector rural de la provincia. Durante la reunión, CFK estuvo acompañada por el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el ministro del Interior, Florencio Randazzo. Ambos son infaltables en este diálogo político. El gobernador llegó junto a su ministro de Hacienda.

Al referirse a la promoción industrial, Brizuela pidió que su provincia obtenga los mismos beneficios que estarían recibiendo La Rioja y San Juan. “Queremos que en el presupuesto 2010 se nos permita usar para proyectos productivos los cupos fiscales que no fueron utilizados este año”, plantearon los visitantes. En la campaña electoral que terminó con el triunfo del Frente Cívico y Social, Brizuela había dicho que su provincia estaba siendo discriminada en la asignación de recursos y obras por parte de la Nación. “A nosotros nos cortaron todos los fondos que nos correspondían por convenios. En la emergencia agropecuaria no figuramos, nos sacaron la promoción industrial. Pero vamos a seguir luchando”, dijo Brizuela a principios de marzo, tras ganar en las urnas.

Brizuela fue el primero de los gobernadores alineados en la Concertación Plural que decidió irse del kirchnerismo. Fue después de la derrota en el debate por la resolución 125. “Nunca volvería a hacer una alianza con Kirchner”, declaró para romper lanzas con el santacruceño. Cuando el gobernador se hizo opositor, Kirchner se encontró ante el dilema de mantenerse ajeno a la elección o involucrarse en persona para tratar de apuntalar al PJ. La votación en Catamarca iba a ser la primera del cronograma electoral de 2009. Aparte, el peronismo catamarqueño mostraba a dos dirigentes con los que el santacruceño nunca había mostrado demasiada simpatía: Barrionuevo y Saadi. Tras escuchar algunos consejos, como el de Armando “Bombón” Mercado, Kirchner decidió intervenir en persona.

Lo que siguió entonces es conocido. El ex presidente viajó a Catamarca, compartió un acto con dirigentes alineados con Saadi y Barrionuevo y llegó a pedirle al gobernador que “abriera las tranqueras” de su provincia. Las urnas demostraron que la estrategia había sido equivocada.