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”No me consta”, dijo ayer el presidente Eduardo Duhalde sobre la denuncia que sus propios escuderos hicieron acerca de que los economistas del mememismo junto con el ex embajador en Washington Diego Guelar boicotearon un acuerdo con el FMI. Pero su intento por bajar el tono del asunto no surtió efecto: Guelar anunció que querellará por ese “agravio personal” al jefe del duhaldismo en Diputados, José María Díaz Bancalari, y al ministro de la Producción, Aníbal Fernández, quien le recomendó ir al “analista” y amenazó con iniciarle un juicio por “calumnias e injurias”. Por si eso fuera poco, Luis Barrionuevo echó más leña al fuego y sostuvo que “el instrumento de la conspiración fue Guelar”. El menemismo negó todo.
Aunque Duhalde diga que no le consta que Guelar haya conspirado, cierto es que por eso lo removió de la embajada en Washington. De hecho, el mismo Duhalde explicó que su separación “tiene que ver con que realmente yo necesitaba poner en Estados Unidos a Eduardo Amadeo que, desde el primer momento, está trabajando con los organismos de crédito internacionales”.
A lo que apuntó Duhalde fue a aplacar una polémica que puede terminar en la Justicia. Es que Guelar sostuvo que “estas declaraciones de estos dos ciudadanos (por Fernández y Díaz Bancalari) contra mí las tomo como un agravio personal inaceptable” y advirtió que “los querellaré por eso”.
“Yo no hablé de Guelar, no lo nombré”, fue la primera reacción de Fernández, quien además le aconsejó “resolver su problema con su analista”. Pero después el ministro de la Producción le mandó una carta documento diciéndole que “sus afirmaciones sobre una supuesta acusación de mi parte son faltas” y le advirtió que en caso que no se retracte, lo demandará. Y así como en el juicio que prometió iniciarle, Guelar anticipó que donaría el correspondiente resarcimiento al hospital Santa Ana de Tucumán, Fernández adelantó que destinaría lo suyo al hospital Isidoro Iriarte de Quilmes.
Barrionuevo sí nombró como conspiradores a Guelar y los menemistas, quienes lo negaron. “Esa es otra mentira escandalosa, están justificando su propia incapacidad”, dijo, por ejemplo, Eduardo Menem.