[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

El sol de enero entra por los amplios ventanales del despacho de Martín Sabbatella en la sede que su partido, el Encuentro por la Democracia y la Equidad (EDE), tiene en pleno centro de Capital Federal desde hace casi un año. El flamante diputado nacional, que desembarcó el mes pasado en el Congreso tras una década al frente de la intendencia de Morón, encabeza el bloque de legisladores de centroizquierda que no se plegaron al armado opositor en la ofensiva por el reparto de cargos. Por encima del ruido que llega desde la calle, Sabbatella convoca a una “unidad en la diversidad” del sector para capitalizar el caudal político obtenido en junio.

–La unidad del bloque de diputados de centroizquierda no llegó a durar ni un día, a causa del debate por la conformación de las comisiones. ¿Imaginaba un escenario distinto?

–Creo que la unidad del centroizquierda está claro que no es fácil, pero es absolutamente necesaria. Hay debates, hay matices, hay diferencias, pero creo que lo más importante es que hagamos todos un esfuerzo muy grande por unir lo que naturalmente tiene que estar unido. Más allá de las dificultades y más allá también de las diferencias que existen, yo creo de verdad que hay que construir una nueva cultura política de unidad en la diversidad. Y además reglas de juego claras que permitan procesar las diferencias.

–Sin embargo, esa unidad parece mucho más lejana hoy que el 29 de junio, después de las elecciones.

–El centroizquierda está dividido, y está en distintos lugares. Pero yo no creo que se haya retrocedido. Al revés, me parece que estas expresiones deberían ayudar ahora a avanzar. Pero lo que hay que tener es claridad de que ninguno es autosuficiente, de que debemos estar juntos. No hay que negar las diferencias que existen, pero hay que procesarlas en unidad.

–Mañana van a reunirse en Córdoba Pino Solanas y Hermes Binner y ya se ha mencionado la posibilidad de un acuerdo entre el socialismo y otras fuerzas de centroizquierda. ¿Lo entusiasma esa posibilidad? ¿Sería parte de ese armado?

–Yo veo como necesaria la unidad del espacio. De todos. Creo que el socialismo hoy se debate entre ser parte del armado del centroizquierda o ser la pata progresista de esta derecha republicana que es el radicalismo. Y por supuesto que a mí me parecería importante que formaran parte del centroizquierda.

–Luego de que Patricia Bullrich los pusiera en el famoso “Grupo B” junto al Frente para la Victoria, ¿no tiene miedo de que intenten mostrarlo como muy pegado al oficialismo?

–Nosotros tenemos una fuerza política que mantiene una misma posición desde su nacimiento en relación al Gobierno: desde la autonomía, acompañar lo que está bien y criticar lo que está mal. Es cierto que los posicionamientos políticos pueden leerse de esa manera. Ahora, nosotros vamos a ser coherentes con lo que creemos, sin ningún tipo de especulación. Nuestro rasgo de identidad se consolida defendiendo las cosas positivas y criticando las negativas. Una cosa es acompañar procesos o rumbos y otra cosa es la construcción politica.

–¿Usted comparte un bloque con Jorge Rivas y con Carlos Heller?

–Hemos constituido un bloque que se plantea lo mismo, un espacio político de absoluta autonomía que busca, desde ese lugar, proponer nuestra propia agenda. No es bueno impugnar a alguien en función de las experiencias que ha tenido. Entonces, me parece que hay que seguir encontrándose y apostar a la unidad.

–Mucho se ha hablado de la posibilidad de que usted se mude a la Capital Federal para competir por la Jefatura de Gobierno. ¿Está evaluando ese escenario?

–Nosotros estamos armando un partido a nivel nacional y un armado más amplio también a nivel nacional. En la Capital Federal, nosotros creemos que hay una oportunidad para construir una alternativa de gobierno que pueda terminar con la derecha y que, además, pueda saldar la deuda que tiene el progresismo en la ciudad. No estamos pensando en candidaturas en la Capital Federal, ni en la provincia de Buenos Aires ni en ningún lado. Sé que esto suena a decir lo políticamente correcto, pero además de que es políticamente correcto, es la verdad.

Entrevista: Nicolás Lantos