Martes, 26 de enero de 2010 | Hoy
EL PAíS › EL EX PRESIDENTE LE RECLAMó AL GOBIERNO QUE “NO HUMILLE A LAS FUERZAS ARMADAS”
Después de que Página/12 revelara que mantiene contactos con militares en actividad y reclama una “reconciliación”, Duhalde insistió en que las Fuerzas Armadas son “arrinconadas y humilladas” por el Gobierno. El repudio de los organismos de derechos humanos.
Lejos de enmendar sus dichos, relativizarlos o bajarles el tono, el ex senador Eduardo Duhalde mantuvo su apuesta y pidió al Gobierno que “no humille a las Fuerzas Armadas”, y sugirió que los militares podrían colaborar en la lucha contra la inseguridad. Aunque aclaró que se refirió a los “militares de hoy” y no a los que cometieron delitos de lesa humanidad, sus nuevas declaraciones coinciden con las que pronunció hace poco más de un mes en El Salvador. El domingo, Página/12 reveló que, en vísperas de Nochebuena, el ex presidente dijo que el gobierno argentino humillaba a las Fuerzas Armadas de hoy por lo que el Ejército hizo en la década de 1970 y planteó que los militares deberían ocuparse de lo que llamó “jóvenes en riesgo” para “reeducarlos en los cuarteles”.
En una entrevista por radio, ayer Duhalde se refirió a las Fuerzas Armadas argentinas al expresar que le parece que “en vez de estar siendo utilizadas como en México o como en Brasil a ayudar al país a salir de una crisis de seguridad muy grave, se las tiene ahí arrinconadas y humilladas”. Por las dudas, aclaró: “No estoy hablando de las que están siendo enjuiciadas (por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura)”.
Sin embargo, lo dicho por Duhalde en El Salvador no pasó inadvertido para los organismos defensores de los derechos humanos, porque incluyó claramente a represores y genocidas. De hecho, el Centro de Militares para la Democracia Argentina (Cemida) repudió las palabras del ex presidente y un grupo de organismos históricos reafirmaron que “el proceso de verdad y justicia debe ser sostenido con el firme compromiso de todos los sectores y referentes políticos” (ver aparte). Claro que, en ambas oportunidades, Duhalde apeló al mismo argumento explicativo: “Necesitamos reconciliarnos”, dijo, usando el viejo adagio menemista.
El artículo de Horacio Verbitsky publicado el pasado domingo en este diario mencionó que los integrantes del Cemida entienden que Duhalde busca involucrar a miembros de las Fuerzas Armadas “como amenaza velada”, en un clima destituyente al que “los actuales miembros de las organizaciones castrenses son totalmente ajenos”. Según los militares para la democracia, los contactos de Duhalde con uniformados en retiro y sometidos a proceso “tratan de evitar la acción de la Justicia”. El autor de la nota afirmó que el caudillo bonaerense estableció contactos con el cuerpo de oficiales en actividad, vinculados al general Ricardo Brinzoni, quien sí tiene cuentas pendientes con la Justicia por su participación en la masacre de Margarita Belén.
El diputado del Frente para la Victoria Carlos Kunkel le salió al cruce al ex presidente justicialista y lo acusó de “querer embarrar la cancha y desatar una ola de declaraciones que agravien a las Fuerzas Armadas”. Para Kunkel, “con lo que dijo es él quien pretende sacarlos (a los militares) del rol de acatamiento a las instituciones”. El diputado interpretó que Duhalde “está revelando lo que pensó siempre cuando habla de que se ‘humilla’ a las Fuerzas Armadas al juzgar a los militares que cometieron delitos de lesa humanidad”. Finalmente, el diputado oficialista acusó al ex senador de la provincia de Buenos Aires, que ocupó la Presidencia desde el 1º de enero 2002 al 25 mayo de 2003, de colaborar “con la desestabilización de los gobiernos de Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa”.
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