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José María López y su entorno tuvieron que reunir, se sabe ya, 8 millones de dólares para poder entrar al circo de la Fórmula 1, de los cuales 6 millones los aportará un grupo de empresarios y los 2 millones restantes serán cedidos por la Secretaría de Turismo de la Nación. La discusión sobre la conveniencia del uso de dineros públicos para una aventura privada es prolongada y, en general, infructuosa. ¿Es mucho dinero?

Bueno, es más que lo que pagaron los sponsors de Gastón Mazzacane para que corriera en Minardi en 2000, pero es menos de lo que pagaron para que corriera en Prost al año siguiente. Y pasó casi una década. Sí, también pasaron el 11 de septiembre y la burbuja inmobiliaria...

Es mucho más que lo que cuesta hacer una temporada de Turismo Carretera en la Argentina: a 150 mil pesos en un equipo top, una temporada completa supone 2,4 millones de pesos, algo más de medio millón de dólares.

Pero es menos que lo que ganará el campeón del mundo de Fórmula 1, Jenson Button, corriendo en 2010 para la McLaren: 6 millones de libras, o algo parecido a los 10 millones de dólares, según la cotización actual.

Y es, indudablemente, mucho menos que los 25 millones de euros que, se supone, recibirá Fernando Alonso para volver ganadora a la Ferrari en 2010. Aunque esa cifra es menor –exactamente la mitad– que la que el Banco Santander depositará en las cuentas de la casa de Maranello para poder auspiciar el encuentro entre el Cavallino y el asturiano.

Es menos dinero que los 10 millones de dólares que Embratel, el gigante de comunicaciones del Brasil, dispuso para soportar el debut de Bruno Senna, el sobrino del recordado Ayrton, en la Fórmula 1. Y bastante menos que los 15 millones de euros que el ruso Valeri Petrov ofrece para subirse a la segunda butaca de Renault: los colosos gasífero Gazprom y bancario Sberbank empujan su anhelo.

Pero es más dinero que el que ganará Nico Rosberg como piloto de Mercedes en Fórmula 1: 4 millones de libras, algo más de 6 millones de dólares. Aunque será menos que los 7 millones de euros que cobrará Michael Schumacher (foto) para regresar a las pistas, después de lo que calificó casi grotescamente como “tres años de retiro sabático”.

Es mucho más que la libra esterlina simbólica que Ross Brawn pagó a comienzos de 2009 por el equipo Honda para rebautizarlo con su apellido. Pero es mucho menos que los 75 millones de euros que Brawn recibió de la Mercedes para venderle el 75 por ciento de su equipo (el mismo que había comprado tan barato...) a fines de 2009.

Es la misma cantidad de dinero, más o menos, que significa la provisión de motores Cosworth –los que usará el equipo– durante toda una temporada: cinco millones de euros.

Pero es bastante menos que los presupuestos que se barajan para la temporada 2010: Ferrari, Mercedes, McLaren, Red Bull van a gastar entre 230 y 300 millones de euros, según se especula.

Es más dinero que los 6 millones que la Secretaría de Turismo pagó por tener el Dakar 2010, pero menos que los 10 millones que los organizadores del raid reclamaban para volver en 2011.

Quizá sea mucho dinero para ponerlo en forma de calcomanías en un auto que estará saliendo a la pista a mediados de febrero. Quizá sea mucho dinero para poder televisar en directo por Canal 7 los 19 Grands Prix del Mundial. Quizás. Pero, ¿quién sabe lo que puede valer una corazonada, una esperanza, un sueño?