Eduardo Duhalde ve con buenos ojos que la oposición ocupe la titularidad provisional del Senado, el tercer lugar en la línea sucesoria, hoy en manos del kirchnerista José Pampuro, “porque es muy importante en caso de que tenga que renunciar” el vicepresidente Julio Cobos para hacer campaña. Además, reiteró su voluntad de ser candidato a presidente en 2011, y la convocatoria a un acuerdo entre distintos sectores políticos para garantizar un “proyecto estratégico”. Y en un gesto inédito, elogió las medidas tomadas por el gobierno nacional en el conflicto con Gran Bretaña por la explotación de hidrocarburos en el Atlántico Sur.

“Me parece que, si los partidos tienen mayoría, podrían colocar al presidente provisional. Es una discusión que tomarán ellos, pero si existe la posibilidad hay que ocupar ese lugar, porque es muy importante en caso de que tenga que renunciar, por ejemplo, el vicepresidente de la República para dedicarse a la campaña”, opinó el ex presidente. La semana pasada, el bloque del peronismo disidente había comenzado a analizar esa posibilidad, y hasta el senador salteño Juan Carlos Romero (compañero de fórmula de Carlos Menem en 2003) se postuló para ese cargo. De todas formas, desde el radicalismo ya descartaron de plano esa movida, por lo que no hay forma de que logren los votos necesarios para implementarla con éxito.

Por otra parte, Duhalde confirmó que se presentará a las internas del justicialismo para buscar acceder a la presidencia por el voto popular, algo que no logró en 1999, cuando fue derrotado en las urnas por Fernando de la Rúa. Consultado por la posibilidad de tener que competir en las primarias con el santafesino Carlos Reutemann, que todavía no definió su candidatura, el dirigente bonaerense opinó que “cuantos más se presenten mejor”, y sostuvo: “No hay que criticar al que se quiera presentar. Cada uno sabe lo que tiene que hacer”.

Además, el ex presidente retomó su idea de un acuerdo entre el peronismo y el radicalismo que garantice “políticas de Estado”, sea quien fuere que gobierne a partir de 2011. “Tiene que venir un gobierno de todos”, pidió, en referencia a un supuesto “proyecto estratégico” de país, sobre cuyo contenido no se explayó. Y a pesar de atacar al gobierno de Cristina Fernández, asegurando que la Argentina está “en un plano decadente”, se permitió elogiar el manejo de la crisis con Gran Bretaña por el tema Malvinas: “Yo no sé si se puede hacer mucho más –analizó–, pero ha sido muy correcta la actitud de nuestro gobierno”.