Martes, 27 de abril de 2010 | Hoy
EL PAíS › MARIANO NARODOWSKI DECLARó EN LA CAUSA DE ESPIONAJE Y APUNTó A LA FEDERAL Y AL ENTORNO DE MACRI
El ex ministro de Educación porteño repitió que desconocía lo que hacía el espía Ciro James, conchabado en su cartera. Dijo que el responsable de contrataciones era Andrés Ibarra, ex gerente de Boca. Insistió en que James era un agente de la Federal.
Por Irina Hauser y Raúl Kollmann
@El ex ministro de Educación porteño Mariano Narodowski pasó ayer por el juzgado de Norberto Oyarbide e intentó desvincularse de las actividades de espionaje ilegal de Ciro James. Por un lado, le echó la culpa de su contratación a Andrés Ibarra, ex gerente general de Boca Juniors, pero también insistió en que nadie en su ministerio ayudó a James en su tarea de espía: “La hizo como policía federal”, argumentó.
El problema de esa línea argumental es que no entronca con el hecho de que James era un subordinado de Jorge “El Fino” Palacios, el jefe de la Policía Metropolitana, y el listado de espiados parece indicar que eran del interés del propio Palacios y en un caso, el de Daniel Leonardo, del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, dado que es su cuñado y había un conflicto familiar. Narodowski intentó responder a la acusación de Oyarbide y del fiscal Alberto Nisman, quienes sostienen que la contratación de James en Educación tenía como objetivo encubrir sus actividades de espía y pagarle el sueldo con el que le compensaban sus labores ilegales.
El esquema de la acusación contra Narodowski es el siguiente:
A Ciro James le firmaron un contrato en el Ministerio de Educación porteño.
Supuestamente venía de un programa de la Universidad de La Matanza.
Sin embargo, no hay un solo papel, ni siquiera un mail, que demuestre que hizo algún trabajo en el ministerio.
Por lo tanto, el juez y el fiscal sostienen que el ministerio de Narodowski le pagó 7000 pesos por mes, un contrato de los más altos, para financiar sus actividades de espionaje.
El delito es el de encubrimiento, porque por esa vía tapó los delitos de James.
Narodowski se defendió ayer como pudo. Dijo que bajo su órbita había 22 unidades operativas con facultades para hacer contratos. Es que existen dos subsecretarías, diez direcciones generales, nueve direcciones de área y una unidad más, autónoma. Con ello quiso plantear que él no podía estar encima de cada uno de los contratos.
Pero, además, apuntó a Andrés Ibarra, un hombre muy vinculado a Macri, que fue gerente general de Boca Juniors. “Muchas personas vinieron recomendadas por haber estado antes con Macri en Boca o por haber revistado en sus empresas. Andrés Ibarra, que fue subsecretario administrativo, era uno de ellos. Y tenía facultad para contratar en todas las áreas que tenía que ver con la administración y recursos humanos.” El contrato de Ciro James era, justamente, para un control del personal.
En ese esquema, también Narodowski salió tácitamente en defensa de Roxana Barroso, su jefa de Gabinete y la persona que, en realidad, estaba por encima de James. “La conozco desde 1996, fue mi alumna y trabajó conmigo en la Universidad de Quilmes”, le contó el ex ministro al juez. Narodowski dejó así sentado que tampoco James respondía a su discípula, sino a Andrés Ibarra.
El centro de la argumentación de Narodowski estuvo en el siguiente párrafo de su declaración: “Las actividades ilegales de Ciro James se realizaban sin ninguna clase de cobertura ni apoyo de recursos de ningún tipo del Ministerio de Educación y se efectuaban en su carácter de policía federal. Mal podría haber encubierto el espionaje al señor Leonardo, al que no conozco, como tampoco conozco a los demás espiados, salvo al dirigente de Familiares de las Víctimas de la AMIA Sergio Burstein, al que por supuesto yo no sabía que lo estaban espiando”.
En este tramo, Narodowski dice, en otras palabras, que si Ciro James espiaba, lo hacía con una estructura que no era la del ministerio y que la actividad misma del espionaje no contaba allí con ningún recurso de personal ni de cobertura. Es cierto que Educación le pagaba, pero respecto del espionaje mismo no actuaba la gente bajo su órbita, sino otra área del gobierno porteño. En forma tímida trata de tirarle la pelota a la Policía Federal, pero en realidad deja la pelota en el área de Palacios, el policía preferido de Macri. Y este concepto lo redondea diciendo que no conoce a ninguno de los espiados.
La gente cercana a Narodowski siempre argumentó que a Ciro James se lo metió en el ministerio gente de Macri y que nunca supo qué hacía. Para colmo, no teniendo responsabilidad –según su versión–, fue al primero que sacaron del gabinete. Todo eso lo vivieron como una especie de traición. Desde el punto de vista judicial, sostienen que no se puede imputar por encubrimiento a alguien que no sabía absolutamente nada del espionaje y que no tenía ningún vínculo con los espiados.
La ronda de indagatorias continúa mañana con la citación de Palacios, al que ya no se le imputa sólo por las escuchas, sino por ser jefe de la asociación ilícita. El viernes comparece el ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, y el 5 de mayo, a su regreso de la India, tendrá que pasar por Comodoro Py el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri.
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